no cambiare este es mi camino de logro y cambio.

capitulo 23: el sello se rompe, nadie va a pararme.

Lee en el camino se mantuvo sonriendo abiertamente, naruto lo observa de verdad tanto entrenamiento le llevo a tal nivel, agradecido a que de nuevo son aliados amigos, enfrentarse a el seria una locura total, mirando a su otra amiga la peli azul que también esta corriendo mientras mira la espalda de chaleco verde del pelo de hongo, el peli rubio solo piensa en comer de nuevo ramen y como sus dos verdaderos padres lo amaban con todo su corazón, feliz, no le guardia rencor jamás, mirando al cielo con un saludo de respeto hacia el relámpago amarillo cuarto hokage, la habanera sangrienta kushina, ambos padres amorosos y fuertes, en paz descansan en sus nuevas tumbas.

Hey lee, después de la misión te reto a una pelea –el uzumaki se adelanto corriendo quedando ahora delante de su amigo peli negro, volteándose le reto-

¿Quieres pelear de nuevo? Pues te espero, ten por seguro que no me dejare vencer –con un puño cerrado y en alto lee le sonríe- ¡por las llamas de la juventud que no perderé!

Su amiga al verlos sonríe, esos dos se llevan mejor, con cierta rivalidad, pero al final de todo amigos que solo buscan superarse el uno al otro, el peli rubio continuo corriendo por delante sin voltearse, según tiene entendido queda algo lejos, de seguro rock lee si corría llegaría mas allá de la frontera, claro dejaría atrás a los dos, pero el no es capaz a pesar de que su espíritu es libre, naruto pensó las cosas que logro su amigo, admirándolo, el es el primer padre de ellos.

Hermano lee, ¿Cómo conociste a samui si ella es de otra aldea? –Pregunto aun corriendo el peli rubio- puedes contarnos mientras seguimos corriendo.

S-si yo también quiero saberlo lee-kun –la heredera hyuga también reconoció que tiene curiosidad, pues lee no lo había contado, solo a gai-sensei-

Lo lamento pero no puedo contarlo –lee les dijo a los dos amigos, regresando su mirada hacia adelante- vamos rápido.

Que ocurrió, como entro a otra aldea, sin un permiso –pensó naruto mirando hacia su amigo-

V-vamos lee-kun cuéntanos –hinata pidiendo un favor, lee no le miro- p-porque.

Les contare después de acabar la misión, les prometo, pero ahora no –con una sonrisa y un pulgar en alto les explica pegando un salto-

Su salto llego a la copa de un árbol, el uzumaki le mata la curiosidad, como de repente lee parecía tan misterioso, sonriendo también sube la copa del árbol, corriendo llego una rama por debajo de su amigo de expandes verde, hinata también subió, quedando una rama mas abajo que la del namikaze uzumaki.

Los tres mirando el camino largo que les queda por correr, mientras el viento soplo sus cabellos, lee un rápido vistazo a tal hermosura de cabello, era como ver un glorioso atardecer, sacudiéndose la cabeza y negándose, ella solo mira a naruto y con eso debe de respetar, aunque sea doloroso lo haría, naruto fue el primero en comenzar a saltar los arboles adelantándose, seguido por los otros dos, el peli rubio recordando las enseñanzas de su tiga-sensei, aprendio tanto de el, en el encontró el cariño de un padre cuando mas lo necesitaba para disolver su soledad.

Por cierto no he visto a tu padre tiga-san –el de cabello en forma de hongo pregunta mirando la espalda anaranjada de su amigo- como se encuentra.

Otou-san esta bien, pero el dijo que no podría ganar una pelea contra ese bijuu del cero colas –un serio peli rubio afirmo recordando la dura pelea que tuvo contra lee darkness- lee tu nuevo sello es mas resistente verdad.

Puse un triple sello de gran poder en la jaula del cero colas, no saldrá –el ninja muestra una sonrisa recordando que esta libre del control de su bijuu completo cero colas- el no volverá a controlarme, jamás.

Corriendo encima de los arboles, el oji azul mirando a lo lejano, el bosque es donde entreno con tiga-sensei y jiraya-sensei, entreno tanto pero el dormía, sabe que el entrenamiento de lee es el mas duro de todos, entrenar cada hora del dia hasta que llego a ver como amanece dando paso a un nuevo dia de entrenamiento, lee quería seguir corriendo, mordiéndose un dedo.