Hermione conduce de pena, en serio. Y añadiendo que está borracha... Oh, oh no... ¡Un bache!
— ¡AGARRAOZZ! —exclama Ginny, horrorizada. Vale, esta chica exagera demasiado.
Como yo voy de copiloto, me agarro a mi propio asiento. Nunca he dudado tanto de mi coche como hoy. No creo que el cinturón aguante. Dios, el bache se acerca.
Miro a Hermione, quien tiene los ojos como platos. Le veo el miedo reflejado en la cara. Está cogiendo tan fuerte el volante que los nudillos se le han puesto blancos. Miro hacia atrás y veo a Luna cantando.
— Mi uncornio... bonito. Yo te quiero ... ¡te quiero! —desafina, pero no parece darse cuenta.
Y Ginny está mirando hacia el bache como si de un mortífago se tratara.
Cojo aire y miro hacia adelante. Vamos a pasar por el bache en 3, 2, 1... ¡PAF! Mi cabeza choca contra el capó y miro a Hermione con ojos asesinos.
— Quizás tendría que haber frenado —reconoce ella.
— ¿QUI-ZÁS? —replica Ginny, enfadada — ¡Yo creo... que del golpe en la cabezzzza me he quedaffo zin cuello!
Las chicas nos reímos.
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Vamos a dormir en mi casa, porque no les veo cara de coger un taxi. Luna dormirá con Ginny en la habitación de mi hermano, Hermione dormirá en la de mis padres y yo dormiré en la mía.
Aparco el coche en el garage, y dando traspiés, entramos en casa. Antes de irnos a dormir, nos tomamos pastillas para el dolor de cabeza. Hoy me he emborrachado bien y no quiero levantarme mañana con una resaca imposible de aguantar. Después de eso, cada una se va al dormitorio asignado.
Entro en mi habitación y antes de que encienda la luz, alguien pone una mano sobre mi hombro. Con un rápido movimiento, me giro y le doy un codazo a quien sea que es.
Oigo un gritito de dolor, es bastante audible, así que como Ginny lo escucha, entra en mi habitación rápidamente y enciende la luz. La veo en posición de ataque, como si fuera una ninja.
— ¿Qué... pazzzza aaquí? — pregunta mientras mira por todos lados. Justo cuando mira detrás de mí, se pone recta (o lo intenta, porque sigue borracha) y sonríe malévolamente—. Oh, ya entiendo —y sonriendo, se va.
— ¿Qué es lo que entiendes? —pero ha cerrado la puerta.
Me giro para ver qué es lo que entiende y entonces comprendo. Draco...
