❝Park Jimin no acepta sus sentimientos por su mejor amiga, por lo que Jeon Jungkook decide ayudar a Choi Goeun para beneficiarse también él en recuperar a su exnovia, sin esperarse desatar sentimientos por Goeun, y además, comenzar un triángulo amor...
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❝HUMILLADA❞
Goeun se encontraba en un hotel de las Bahamas. Estaba en su habitación admirando la vista hacia la gran piscina, donde había personas adentro y otras sentadas en la reposera conversando, como también bebiendo, disfrutando del día soleado. Extrañaba la vista al mar que tuvo en Francia junto a Jimin, pero sin dudas no es mala la que tenía en ese momento.
Al salir de su habitación y ver que la puerta de al frente también se abrió, soltó una pequeña risa al ver a su mejor amiga.
—¿Me lees la mente o qué?
—Claro que sí. Sabes que soy buena leyendo las mentes —bromea—. Tanto que ahora sé que mueres por ver a Jimin.
—Cállate, Yeji —golpea su brazo.
—Oye, ¿por qué siempre eres tan violenta? —finge lloriquear sobando su brazo.
—Ya, vamos abajo a ver si han llegado —ríe pasando su brazo por los hombros de la pelinegra, para luego dejar un beso en su mejilla haciéndola sonreír.
En los tres años que llevaban de amistad solían molestarse constantemente, pero luego no dejaban de ser cariñosas la una con la otra, por lo que también habían llegado a shippearlas. Eso las hacía reír demasiado, y de vez en cuando le daban más material a las personas enloqueciéndolos, pero siempre aclarando que sólo eran mejores amigas.
Cuando las puertas del elevador se abrieron, Goeun no se atrevía a salir, mientras sentía estremecerse al pensar que iba a volver a ver a Jimin. Pues, desde la videollamada habían hablado muy poco a comparación como hacían antes, por lo que temía que ahora que iban a verse este no le hablara como siempre, ni fuese capaz de abrazarla. Temía que la amistad hubiera acabado, lo cual sería completamente normal porque se suponía que sólo eran mejores amigos.
De sólo pensar que iba a seguir tomando distancia quería romper en llanto, pues no quería otro viaje que saliera mal, no quería un viaje donde no dejara de llorar o fuese a haber caos, porque se suponía que eran sus vacaciones y tenían que pasarla más que bien. Comenzaba a reprocharse por haber aceptado por los ruegos de su mejor amiga, que estaba más que emocionada por todos los momentos que iban a compartir los once.
