❝Park Jimin no acepta sus sentimientos por su mejor amiga, por lo que Jeon Jungkook decide ayudar a Choi Goeun para beneficiarse también él en recuperar a su exnovia, sin esperarse desatar sentimientos por Goeun, y además, comenzar un triángulo amor...
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❝RIVALES❞
Goeun abrió los ojos soltando un quejido al sentir un fuerte dolor de cabeza, que provocaba que se reprochara por haber despertado, pero en cuanto se encontró con unos pequeños e hinchados ojos mieles donde se reflejaba, una pequeña sonrisa comenzó a asomarse en sus labios. Pues, ante sus ojos nunca se sentía invisible y se perdía en la perfecta mezcla que tenía de inocencia y picardía.
―Buenos días, dormilona ―su voz suena profunda y sonríe. Goeun siente sus mejillas arder ante los pensamientos impuros que comienzan a aparecer, por lo que baja la cabeza y se aferra al delgado, pero musculoso cuerpo de su mejor amigo que suelta una risilla tierna―. Bien, quizás debería decir en realidad; buenas tardes, dormilona.
―¡¿Tardes?! ―levanta la cabeza rápidamente, arrepintiéndose por la cercanía―. ¿Q-Qué hora es?
Este la miraba algo sorprendido por un momento, pero relajó sus facciones y las comisuras de sus labios comenzaron a subir.
―La verdad, no lo sé.
―Me dices dormilona y tú también acabas de despertar, ¿cierto?
―Dormí muy cómodo.
Goeun sonrió sintiendo su rostro arder nuevamente, mientras bajaba la mirada dándose cuenta que Jimin, al contrario de ella, había dormido sobre las mantas, por lo que frunció el ceño desconcertada. No comprendía qué es lo que hacía este en su habitación, así que con tranquilidad trató de recordar lo que había sido su noche, hasta que el recuerdo de Jungsuk queriendo llevarla a su habitación, llegó a su cabeza. Luego de eso todo se le hacía tan confuso que provocó que se estremeciera.
―¿Q-Qué haces aquí? ¿Tú y yo...?
―Hey, tranquila. No pasó nada entre nosotros ―se sienta soltando un gruñido al estirarse.
―No recuerdo muy bien...
―Créeme que todos desearían ser tú ―hace una mueca―. ¿No recuerdas haber vomitado? ―ella niega con la cabeza avergonzada―. Pues, me pediste que no bajara a pesar de los gritos y me quedé contigo...
