❝Park Jimin no acepta sus sentimientos por su mejor amiga, por lo que Jeon Jungkook decide ayudar a Choi Goeun para beneficiarse también él en recuperar a su exnovia, sin esperarse desatar sentimientos por Goeun, y además, comenzar un triángulo amor...
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❝ARREPENTIMIENTOS❞
Jungkook sentía que estaba en números rojos y necesitaba un respiro por todo el dolor que lo consumía. No lograba saber en qué momento la calma se había esfumado de su vida y todo se volvió caótico. Estaba tan roto que no tenía ni la más mínima idea de dónde empezaba la herida y dónde terminaba, pero lo que sabía con seguridad era el motivo por el cual estaba así. Haber amado tan intensamente lo arruinó por completo, le había hecho saber lo que se sentía ser herido por la persona que se amaba, y que no era una herida normal. Era una herida completamente distinta, de esas que aunque sanan pero dejan una cicatriz, y hagas lo que hagas no puedes borrar.
Detestaba recordar a Heekyung, a aquella fémina mayor que él que había robado su corazón tan rápido. Aquella que pensó que era la mejor mujer que podría conocer en su vida, que con su belleza, su dulzura, su ternura y cierta posesividad, lo embobaron por completo. Pero realmente eso había sido una máscara que le había durado unos pocos meses, porque había descubierto de las peores maneras que dónde debería estar su alma, corría un gran veneno. Y aún así, amaba esos pequeños momentos que parecía amarlo, amaba satisfacerla a pesar de que eso parecía ser demasiado complicado. A Heekyung nunca pareció importarle corromper más su fragmentado corazón, pues disfrutaba de su atención, de su sumisión y la debilidad que tenía por ella.
Sin importar que sus amigos le dijeran cuán peligrosa era, este seguía allí completamente embobado y aferrado a las migajas que recibía. Pero ahora luego de tanto tiempo pudo abrir por completo sus ojos, y nunca se había odiado tanto. En esos momentos prefería jamás haber abierto los ojos porque los errores no lo dejaban en paz, y la culpa lo carcomía de gran manera.
Pues, finalmente, se había dado cuenta que parecía haberse convertido en ella.
Había llevado el celular a su oreja, esperando impaciente que aquella llamada sí fuese contestada. Tenía esperanzas de que le permitiera explicarse, que le permitiera retractarse por todas las barbaridades que fue capaz de decir, porque si lo había perdonado tantas veces en el pasado, ¿por qué ahora no lo haría?
