—Bien.
—¿"Bien" qué? DoYoung, sé que es estúpido. Sé que lo es. Pero es la verdad.
—Está bien, lo entiendo.
—¿Estás loco?
—Deja de hablar. Déjame pensar un poco.
El sol poniente arroja un brillo naranja sobre el rostro de TaeYong. Los mocos y las lágrimas de TaeYong brillan como cristales, y a DoYoung le molesta que TaeYong no se haya molestado en lavarse la cara. La segunda taza de café caliente de DoYoung se encuentra frente a él, su única salvadora en este momento de la absoluta locura. DoYoung descansa su barbilla en su mano, su codo se clava en la mesa, mientras TaeYong lo mira esperanzado.
La historia de TaeYong fue tan estúpida. DoYoung podría haber estrangulado a TaeYong si no estuviera tan cansado de escucharlo llorar. Cuando llegaron al café, DoYoung ni siquiera tuvo tiempo de ordenar. TaeYong lo había llevado de inmediato a la mesa más cercana, diciendo que nunca dejó de amar a DoYoung. Fue necesario que un empleado tímido se acercara y les recordara que tenían que ordenar que se quedaran adentro.
Al principio, DoYoung había estado inmensamente nervioso, pero alimentado por la rabia. No lo creyó. No le gustó la forma en que TaeYong había regresado a su vida, cambiando repentinamente de opinión después de lastimarlo tanto. Fue una bofetada en la cara, y a DoYoung no le gusta que lo tomen como una broma. Apretó los puños, clavó las uñas en las palmas de las manos y dejó marcas semipermanentes en la piel. Todo lo que quería era levantarse e irse, deseando seguir su camino lo más rápido posible.
Pero entonces, el corazón de DoYoung comenzó a calmarse un poco. Sus manos se relajaron lentamente mientras escuchaba cómo TaeYong había pensado que iba a morir. DoYoung podía imaginarse el escenario bastante bien. Alguien como TaeYong debe haber estado muerto de miedo, confundido por algo que le cambió la vida. En el fondo, DoYoung comenzó a sentir simpatía por TaeYong por tener que lidiar con algo así.
Cuando TaeYong llegó a la parte sobre su plan de romper con DoYoung, DoYoung suspiró derrotado.
—¿De verdad, TaeYong? ¿Eso es lo que pensaste?
Los labios de TaeYong temblaron y sus ojos brillaron— No quería que pasaras por lo que yo pasé. Vi morir a mi madre, ya sabes. Preferiría suicidarme antes que hacerte pasar por eso. —se cruzó de brazos desafiante, luciendo un poco como un niño molesto.
—¿Y crees que fue eso? Digamos que moriste. ¿Crees que no me habría enterado? —DoYoung cierra los ojos, esperando que sea sólo una gran broma— Me estás volviendo loco. ¿Y qué hay de las cosas que me dijiste?
TaeYong se enderezó y se inclinó hacia adelante con urgencia— ¡Odiaba hacerte eso! Tenía que decirte todas las cosas que amo de ti como si lo odiara. Y tú me creías. Estaba hablando de mis cosas favoritas y pensabas que no me importabas, como un idiota. ¿Cómo pudiste haber aceptado eso tan fácilmente? Nunca podría odiarte, DoYoung. Nunca me gustarías menos de lo que me gustas ahora.
La frustración inicial regresó, y ahora, DoYoung se sienta y piensa en lo que debería hacer. Su cabeza se siente ardientemente caliente, todos sus instintos están enojados por el dolor con el que ha tenido que lidiar debido a un error tan pequeño. Pero su corazón es como nieve fresca y reconfortante, recordándole que este es el TaeYong que ha amado y aceptado antes, y debería continuar haciéndolo ahora.
DoYoung finalmente suspira derrotado. Si ha aprendido algo en los últimos meses, es que pensar en qué hacer nunca ha funcionado. Sólo tiene que hacerlo.
—No vuelvas a hacer eso —dice lentamente, mirando a TaeYong—. Lo digo en serio. Me hiciste pasar por mucho.
—Lo siento, DoYoung. Realmente lo estoy, desearía no haberlo hecho, pero honestamente pensé que estaba bien-...
—Pero sé que tú también pasaste por muchas cosas.
TaeYong deja de parlotear por lo que DoYoung piensa que es la primera vez desde que salió del útero. TaeYong lo mira con esperanza, sus labios ligeramente separados.
—Estoy realmente enojado contigo. —comienza DoYoung.
—Lo sé.
—Y lo que hiciste fue tan estúpido, no puedo comprenderlo.
—Lo sé.
—Nunca más intentes tomar decisiones por tu cuenta.
—Está bien.
—Háblame cuando tengas un problema a partir de ahora. ¿De acuerdo?
TaeYong asiente— Lo siento, lo digo en serio —dice sollozando— Te amo mucho, ya sabes. —de repente, TaeYong jadea y se tapa la boca.
La palabra con A, oh Dios mío, dije la palabra con A, oh Dios mío, oh Dios mío, ¡¡¡Dios mío!!!
DoYoung parpadea y mira a TaeYong con curiosidad, casi admirándolo de nuevo— ¿Qué pasa ahora?
—¡Te amo, DoYoung! —TaeYong exclama, arqueando las cejas— ¡Y lo vas a escuchar de mí todos los días!
Un gemido escapa de la boca de DoYoung, y se cubre la cara con las manos por el cansancio. Pero sus manos también ocultan la pequeña sonrisa que aparece en su boca y el calor en sus mejillas. Odia tanto a TaeYong. Sólo alguien como TaeYong puede hacer que su vida vaya del infierno al cielo en solo momentos.
—Está bien —dice DoYoung—. Lo entiendo.
—¡Y será mejor que lo digas de vuelta!
DoYoung se asegura de que su cara de póquer esté estable antes de retirar las manos— Estás pidiendo mucho hoy.
—¡Y seguiré haciéndolo todo el tiempo!
DoYoung toma su café y lo termina todo de un sorbo. Luego se pone de pie y comienza a caminar con indiferencia fuera del café.
TaeYong se pone de pie indignado y corre, siguiendo a DoYoung por detrás— No puedes deshacerte de mí. Voy a compensarte.
—Hazlo.
—¿E-En serio? —TaeYong tartamudea sorprendido. Una sonrisa de alegría aparece en su rostro y, de repente, vuelve a la normalidad— Entonces, te tomaré la palabra. Te molestaré todos los días de tu vida. Nunca podrás deshacerte de mí.
—Esta bien. —DoYoung se ríe en silencio para sí mismo, sacudiendo la cabeza ante los comentarios infantiles de TaeYong. Es bastante difícil permanecer enojado.
—Te amo, ya sabes.
—Yo también te amo.
DoYoung comienza a caminar más rápido antes de que TaeYong estalle en gritos emocionados.
El sol se desvanece en el horizonte, la luna ilumina el par.
(💌)
ESTA ES UNA TRADUCCIÓN. El autor original es yeondreams
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𝗦𝗨𝗡 & 𝗠𝗢𝗢𝗡 │ DOTAE
Fanfiction❛Kim DoYoung no es de los que hacen amigos. Su duro y estricto mundo sólo le recuerda su fría realidad, una que lo obliga a abandonar ideales superficiales y metas brillantes. Se dice a sí mismo que sus acciones están junto al deber, por lo que, aun...