Cena

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- ¿Lo tienes todo? -Preguntó Roy con una maleta en la mano. 

- Si. ¡Vamos, Hayate, nos vamos! -Riza cogió al pequeño shiba inu y siguió a Roy hacia la puerta. 

Su relación se había formalizado hacía un par de meses y, por fin, se iban a ir a vivir juntos. Roy habría preferido que, desde el primer día, lo hubieran hecho pero Riza, más precavida, prefirió que pasara un tiempo para que la gente no sospechara de que, en realidad, llevaban juntos más de dos meses. Ahora ella se iba a mudar al apartamento de Roy, ya que era más grande, por lo que los tres estarían más cómodos. 

Cuando llegaron al coche, Roy le dijo a Riza: 

- Oye, ¿por qué no vas andando y así paseas a Hayate? 

- Le he sacado esta mañana, antes de que vinieras, así que no hay problema en que vayamos en el coche. 

- Pero, es que...-Roy quería dar una pequeña sorpresa a Riza y, para eso, necesitaba que ella fuera andando, así que cogió la maleta y la puso en el asiento del copiloto -¿ves? está todo el coche lleno de cajas y ahora la maleta ahí, no cabemos todos. 

La mirada de Riza decía que sospechaba algo, pero decidió ceder. 

- Está bien -dijo- pero ojo con romper algo cuando llegues a casa. 

- Tranquila -se acercó a dar un beso Riza en la mejilla- te prometo que no romperé nada, sino ya sabes qué hacer. 

- Por supuesto. 

Riza se despidió de Roy y fue con Hayate andando hasta el apartamento de su novio. Sabía el camino de memoria, pero se le hacía extraño pensar que era la última vez que haría ese camino desde su casa a la de Roy, ya que ahora vivirían juntos. Era algo en lo que había pensado muchas veces, pero nunca pensó que se haría realidad. 

Mientras, Roy llegó enseguida, aparcó el coche y miró el reloj: bien, aún faltaban unos 20 minutos hasta que Riza llegara, era hora de poner en marcha su plan. Sacó la maleta y algunas cajas que aún quedaban de la mudanza del coche y subió a su apartamento. Allí puso la mesa con un servicio elegante y colocó un par de velas, después se puso el delantal y terminó de preparar la cena que había empezado a hacer por la mañana, antes de ir a casa de Riza a ayudarla con los últimos detalles de la mudanza. 

Un poco más tarde Riza abrió la puerta con su llave y entró junto a Hayate, Roy los recibió vestido de forma muy elegante. 

- ¿A qué viene todo esto? -Dijo Riza -¿Es que vamos a salir a algún sitio? 

- No, pero tengo una sorpresa para ti. Ahora tienes que cerrar los ojos y confiar en mi, ¿vale? 

- Siempre confío en ti. -Riza cerró los ojos. 

Roy la cogió de la mano y se la llevó al dormitorio que, a partir de esa noche compartirían.

- Abre los ojos. -Dijo. 

Riza los abrió y se encontró con un vestido precioso encima de la cama. Era de color azul, pero había un problema, toda la espalda estaba al descubierto, por lo que, si se lo ponía su tatuaje quedaría revelado. Aún así ella no dijo nada, ya que Roy la había pedido que confiara en ella. 

- Te espero en el salón. Sal cuando estés lista. -Dijo Roy mientras iba hacia la puerta y salía de la habitación. 

Riza fue hacia el baño que había dentro de la habitación, se dio una ducha y se puso el vestido. Puesto era aún más bonito que encima de la cama. Se cepilló el pelo, que caía suelto por la espalda, se puso unos zapatos de tacón y salió hacia el salón. 

- Bienvenida a casa, espero que te guste la cena que he organizado. -Roy la esperaba junto a una de las sillas. 

- Me encanta -Riza se sentó en la silla que Roy la ofrecía. Él la dio un pequeño beso en la sien y fue a la cocina a por la cena. 

Llegó con un plato enorme cubierto con un cubreplatos, lo dejó encima de la mesa, lo quitó y reveló un asado de cordero. Riza estaba completamente sorprendida, no se imaginaba que fuera a tener semejante sorpresa. Roy cogió una botella de vino y llenó las copas, una de ellas se la tendió a Riza diciendo: 

- Por nosotros, Riza. Por tenerte a mi lado siempre, hasta mi último aliento. 

- Por nosotros, Roy. 

Brindaron y bebieron un poco de vino, entonces Riza fue a coger el cordero para servirlo cuando Roy la cogió de la mano y la dijo: 

- No, hoy sirvo yo la comida, aunque no te puedo asegurar que esté muy comestible, sabes que no soy muy bueno en la cocina. Pero antes voy a encender las velas. 

Roy cogió sus guantes para hacer su alquimia de fuego y chasqueó los dedos con tal mala suerte que no solo encendió las velas, también prendió fuego a la cena. 

- ¡Mierda! -Dijo mientras cogía una servilleta de tela e intentaba apagar el fuego, pero lo único que hacía era avivarlo más. 

Riza se levantó corriendo y fue hacia la cocina, cogió una garrafa de agua, la lleno y fue directa al salón. Allí la volcó directamente en el fuego, que se apagó al instante. 

- Me quieres explicar, ¿por qué no has usado unas cerillas como la gente normal? -Dijo Riza. 

La mirada de Roy iba de ella a la cena que él solito había arruinado por no querer usar unas cerillas, al final Riza comenzó a partirse de risa. Entre lágrimas dijo: 

- Vaya forma de empezar nuestra vida juntos ¿eh? Será mejor que vaya a ponerme algo más cómodo y te ayude a limpiar este desastre -le lanzó una mirada pícara- ¿vienes? 

- Por supuesto. 

One Shots "Royai"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora