One Shots "Royai"

Tardes de verano

– ¡Aba, Aba! - Gritaba Maes desde el coche -¡Papá, quero aba!

El pequeño iba sentado sobre el regazo de su madre, en el asiento trasero, mientras Roy conducía el coche. Era un sábado y los Mustang habían decidido pasar el día libre en la playa, para que Maes viera el mar por primera vez. Tras un par de minutos, la familia llegó al destino, aparcaron el coche y salieron.

– Mamá, ¡vamos! -decía Maes con impaciencia.

– Primero tendremos que poner las toallas, ¿no crees? -Le dijo Riza -Después iremos a bañarnos.

– Pero yo quero aba ahora -dijo Maes.

– Tengo una idea -intervino Roy- ¿por qué no vais vosotros y yo voy poniendo las cosas?

– ¿Estás seguro?

– Claro, id.

- ¡Bieen! ¡Aba!

Riza cogió al niño en brazos y se lo llevó al mar para que jugara con el agua. Mientras, Roy sacó las cosas del coche y fue poniéndolas cerca de la orilla. Cuando dejó todo, cogió una de las toallas, la estiró sobre la sombrilla, se tumbó y se quedó dormido. De repente sintió que le mojaban la cara, despertó rápidamente y se encontró con dos pares de ojos color chocolate que lo miraban fijamente.

- ¿Qué estáis...? -Comenzó a preguntar, pero otro chorro de agua le dió directamente en la cara.

- Verás -dijo Riza- hay un puesto ambulante donde venden cosas para jugar con el agua y Maes quería una pistola.

- ¿Le has comprado una pistola de agua al niño? -Dijo Roy. En ese momento, Maes volvió a disparar, dándole de nuevo en la cara -Hay que reconocer que ha heredado tu puntería.

- En realidad -dijo Riza mientras sacaba dos objetos de la bolsa que llevaba- he comprado tres. ¿Juegas?

- Por supuesto.

Los tres pasaron el día entre baños y guerras de agua, finalmente, al llegar la tarde, Maes cayó rendido en los brazos de su padre.

- Cuando duerme parece un angelito -Dijo Roy.

- Pero cuando está despierto es todo un torbellino -contestó la rubia.

Llegaron al coche y Roy tumbó al niño en el asiento trasero.

- Sin embargo -dijo mientras cogía de la cintura a Riza y la daba un beso- no podría imaginar mi vida sin él. Sin vosotros.

- Yo tampoco -Riza devolvió el beso a su esposo.