One Shots "Royai"

Recuperando la vista

Riza estaba profundamente dormida tumbada boca abajo con una de sus manos colgando por el borde de la cama cuando sintió que algo húmedo la rozaba los dedos, abrió los ojos y vio que Hayate la estaba lamiendo la mano para despertarla. Acarició a su perro, miró la hora y se levantó de la cama. Aún era pronto para ir al hospital a hacer su visita diaria al Coronel. Había pasado solamente un mes desde el Día Prometido y un par de semanas desde que a Riza la dieron el alta, sin embargo, Roy aún seguía en el hospital, ya que los médicos habían decidido que lo mejor sería empezar a hacer una rehabilitación para que se acostumbrara a orientarse y moverse por el lugar sin ver absolutamente nada. 

Un par de horas más tarde, y después de desayunar y asegurarse de que Hayate tenía comida suficiente, Riza se encaminó al hospital. Cuando llegó, informó a la recepcionista a donde se dirigía y subió a la planta donde estaba ingresado Roy. Cuando bajó del ascensor comenzó a escuchar ruidos de voces así que supo que no era la única que iba a ir a visitar al Coronel ese día, sin embargo, lo que no se esperaba era llegar y encontrarse con el doctor Marco y Havoc dando un paseo apoyado en el doctor por el pasillo. 

- ¡Riza! -Dijo alegremente Havoc- ¡Has llegado en el momento justo! 

- Hola, Teniente, la veo bien. Dijo Marco a modo de saludo. 

- Hola -Riza no salía de su asombro- ¿Qué está pasando? 

- He venido con la piedra filosofal para que el Coronel recupere la vista, pero ha dicho que primero tenía que curar a Havoc de su parálisis. -Explicó el doctor. 

- También que le fuéramos a buscar a una enfermera guapa -siguió Havoc- dice que no quiere que lo primero que vea después de recuperar la vista sea a un montón de hombres. Pero creo que si estás tú no habrá ningún problema. Aunque se lo mantendremos en secreto, ¿te parece bien? 

- Claro -dijo Riza. Aunque su aspecto era tan sereno como siempre, por dentro estaba emocionada, había llegado en el  momento justo. 

- Pues vamos. -Dijo Havoc que la tendió un brazo para poder apoyarse en ella. 

Llegaron a la habitación de Roy, que estaba sentado con las piernas cruzadas sobre la cama. Roy miró hacia el lugar donde escuchaba los pasos y dijo: 

- Me habréis encontrado a una enfermera guapa, ¿verdad? 

- La más guapa, jefe. -Dijo Havoc. -Señorita, si se puede sentar aquí. 

Riza se sentó enfrente de Roy en silencio, a continuación Marco sacó la piedra filosofal, miró al Coronel y le dijo: 

- Cierre los ojos, yo usaré la alquimia y cuando los abra habrá recuperado la vista. ¿Preparado? 

- Preparado. -Dijo Roy, que cerró los ojos.

Sintió como las manos frías del doctor se posaban sobre su rostro y, un minuto después se retiraban. 

- Ya puedes abrir los ojos. -Dijo Marco. 

Roy los abrió lentamente y fue viendo, poco a poco, una silueta femenina. Los ojos de Roy se fueron acostumbrando a la luz hasta que, por fin, pudo ver con claridad a Riza: sus ojos marrones, su pelo rubio. Le entraron unas ganas enormes de abrazarla y besarla, pero no podía, no delante de todos, así que mantuvo su semblante sereno y dijo: 

- Me alegro de volver a verla, Teniente.