Pesadillas

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Roy miraba impotente como Riza se ahogaba en su propia sangre mientras le decía con la mirada que no hiciera la transmutación humana y cómo aparecían los compañeros de Acero para ayudarlos, pero, cuando iba hacia ella veía que sus ojos, esos preciosos ojos marrones, estaban sin vida. La había perdido para siempre. En ese momento, como todas las noches, Roy despertaba, sabiendo que todo había sido un sueño y, como todas las noches, pensaba en llamar a su Teniente para saber qué todo estaba bien y prefería no hacerlo.

Sin embargo, esa noche sentía que necesitaba hablar con ella, algo le decía que, si no lo hacía, tendría la misma pesadilla cada noche. Miró el reloj: eran las 2 de la madrugada. Bueno, se ganaría un reproche si la despertaba a estas horas, pero al menos sabría que todo estaba bien. Salió de la cama, fue hacia el teléfono que estaba en la salita y marcó el número de Riza. Nadie contestó. Volvió a llamarla un par de veces sin tener respuesta alguna.

Roy comenzó a preocuparse de verdad, Riza tenía el sueño ligero y sabía que si el teléfono sonaba lo cogería enseguida. "¿Estaría bien?" Se preguntó. No se quedaría tranquilo hasta saberlo, así que se vistió y, a riesgo de que Riza le disparara por aparecer en su casa a las 2 de la madrugada, fue hacia el apartamento de la Teniente. Sin embargo, cuando llegó nadie le abrió la puerta, es más, ni siquiera se oían los pasos de Hayate. Roy comenzó a preocuparse de verdad. "¿Y si de verdad ella no está?" se dijo a si mismo "¿Y si todas las veces que la veía eran los sueños y ella está muerta?"

En ese momento, Roy oyó un pequeño sonido de lamento y una voz que conocía muy bien que decía:

– Sé que te duele, pero tranquilo, pequeño, en un par de días vas a estar mejor.

Riza subía por las escaleras, con Hayate en brazos, el can había tenido un pequeño accidente y tenía una pata vendada. Cuando llegó a la puerta de su casa se encontró con Roy sentado en el suelo mirándola con un profundo alivio en los ojos.

– ¿Qué hace a estas horas en mi casa, Coronel? -Preguntó Riza

Pero Roy simplemente se acercó a ella y la abrazó mientras le decía:

– Estás bien, gracias al cielo que estás bien.

– ¿Quiere pasar y explicarme qué está pasando?

– Si

Ambos entraron en el apartamento de Riza, la joven dejó a Hayate sobre uno de los sillones del salón y fue a preparar un poco de té, algo le decía que la noche iba a ser larga. Cuando el té estuvo listo, llevó las tazas y le tendió una a Roy.

– ¿Y bien? -preguntó- me vas a decir por qué estás en mi casa a las 2 de la madrugada.

Roy comenzó a contarle todo lo relacionado con sus pesadillas hasta que llegó a la parte en la que se presentó en su casa.

– Y por eso he venido. -Terminó Roy. -¿Por qué no estabas en casa?

– Resulta que paseando a Hayate esta tarde ha tenido un pequeño accidente y se ha lastimado una pata, vengo de urgencias con él. Ahora, Coronel, si es tan amable, me gustaría meterme en la cama, estoy agotada.

– Me gustaría quedarme aquí, si no te importa. Creo que si vuelvo a casa no seré capaz de dormir.

– Está bien -aceptó Riza- pero tendrá que dormir en el sofá.

– Conforme -dijo Roy- Buenas noches, Teniente.

– Buenas noches, Coronel. Espero que descanse. 

One Shots "Royai"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora