Dylan Danger |DD#1| - Akary Gressed

Capítulo 16 - Su Aniversario.

Abrí los ojos sobresaltada por un ruido proveniente de afuera de mi habitación, voltee a la derecha encontrándome con Akon con los ojos como platos y cara de susto, entonces ahí recordé que el se había quedado a dormir.

-¡Annie! ¿Oíste eso? - Susurró

-Si, lo escuché, ha venido de abajo.

-¡Es la niña! ¡Ha venido por mi! ¡Es el fantasma!

-Seguro fué una rata, ¡Qué fantasmas ni que na...

-¡¿Ratas?! - Gritó -¡¿Que clase de lugar es este?!

-Deja de gritar maldita sea, ven vamos a ver qué es.

-¡Claro que no Annie!

-¡Mueve tu trasero Akon!

Bajamos a la sala, mirando por cada rincón y no vimos nada, Akon iba detrás de mi. Nuevamente se escuchó el ruido pero esta vez fue arriba.

-¡Annie si muero, cuida a mi hamster! - gritó Akon

-¡Por Dios ya para con eso Akon!

Subimos las escaleras despacio y caminamos por el pasillo lentamente, sea lo que sea no quería espantarlo para demostrarle al gallina de mi mejor amigo que los fantasmas no existen. Nos detuvimos en la habitación de mi padre que fue de donde supusimos que venía el ruido.

-Annie, sea lo que sea que haya detrás de esta puerta, quiero decirte que eres mi mejor amiga y te quiero mucho y que desde el más allá te cuidaré, sobre todo cuando tengas novio, lo voy a asustar de tal manera que se cague y jamás te mire de la vergüenza.

-¡Déjate de babozadas! - Le pegué un coscorrón y abrí lentamente la puerta.

-Chi... Chicos ¿Que hacen despiertos aun? - Preguntó mi padre ligeramente sonrojado.

-¿Papá? ¿Estás llegando ahora? - pregunté

Pero sabía que la respuesta era afirmativa porque este traía la ropa puesta aun y olía a alcohol.

-Si Ann,acabo de llegar.

-Wow, ¿Dónde estabas? - Pregunté

-Yo...

-Bueno, supongo que no es mi problema - Le interrumpi - Vamos Akon, a dormir.

-Buenas noches Ann, buenas noches Akon.

-Buenas noches papá

-Buenas noches Ryan.

Luego de entrar mi habitación me sentía un poco mareada, era raro ver a mi padre llegar tan tarde y oliendo a alcohol, el solo bebía cuando estaba triste, y el principal motivo era mi madre. Espera...

-Akon ¿Qué día es hoy? - pregunté
- Sábado

-No, el númerito

-12

-¡Joder! - Grité

-¿Qué pasa Ann? - preguntó intrigado

-Hace unas horas, osea el 11 fue el aniversario de mis padres.

-¿Pues que esperas Annie? ¡Ve a hablar con Ryan!

-Vale.

Ya sentía mis piernas temblar, mi padre estaba mal por culpa de ella y me necesitaba, yo debía mostrarme fuerte ante el o el tambien se desplomaria.

Toque la puerta de su habitación y al notar que no abrió entré. Y ahí estaba el, del otro lado de la cama sentado en el piso con su cara entre las manos y sollozando ligeramente para que yo no lo escuchase. Rodee la cama y me senté a su lado acariciando su pelo.

-Papi, ¿Quieres hablar?

-No cariño - respondió entre sollozos - No quiero que te pongas mal, soy un viejo llorón.

-No lo eres pa, y si lo fueras no importa, llorar no significa se débil.

-Lo se pequeña, pero yo solo quiero que superes esto y no te estoy ayudando.

-¿Quieres decirme que fué lo que pasó? Creo que tengo edad para saber.

Lo pensó por un momento, se secó las lágrimas que rodaban por su mejilla y me dijo:

-Sucedió exactamente un día como hace unas horas, nuestro aniversario, yo había preparado toda una cena, tu madre llevaba días rara, distante, poco cariñosa, hasta se podía decir que me evitaba. Ella no llegó a la cena, llego tarde en la madrugada, yo me sentía lo bastante mal como para ponerme a pelear con ella y lo deje pasar por esa noche, a la mañana siguiente me desperté para entonces hacerle un desayuno especial ya que ella no pudo asistir a la cena por lo de su trabajo, o al menos eso fue lo que dijo, entonces cuando me fui a la cocina lo que encontré fue una nota - dos lágrimas cayeron sobre su mejilla - Una nota que decía "Cuida a la nena, ya que yo no podré hacerlo más, adiós" y eso fue todo lo que dijo, nunca supe porqué se fué porque no volvió a llamar, su familia no vivía en el país y no contestaban mis llamadas, te dejo sin importarle nada Annie ¡Eras una bebé por Dios! - Esta vez dejó las lágrimas brotar.

Maldita sea yo iba a llorar, sentia ese nudo en mi garganta, las lágrimas quemaban mis ojos amenazando con salir pero no, yo no podía llorar ¡Ella no merecía que yo lo haga! ¡Quizás nunca lloró por mi!

-Pa por favor no llores - Lo abracé fuerte, el se aferró a mi sollozando en mi camiseta, con pesar lo arrastre hacia la cama y me acosté junto a él, acariciando su pelo.

-Aun tengo la esperanza de saber que fué lo que la hizo marcharse de esa manera - Susurró antes de quedarse dormido.

Con cuidado me bajé de la cama luego de arroparlo y corrí hacia mi habitación, necesitaba desahogarme y con el único que podía hacerlo era con Akon.

-¡Akon! - Grité entre sollozos cerrando la puerta detrás de mi.

-¡Ann! ¡Ven aquí! - Me extendió los brazos.

Yo me lance a la cama junto a él, enterrando mi cabeza en su camiseta y llorando, sacando toda la mierda que tenía dentro.

-Todo va a estar bien - Akon me susurraba mientras me acariciaba la Espalda como hacía cuando eramos niños y yo lloraba hasta dormir, justo como ahora.

Lloré hasta que sentí que no había lágrimas que derramar, quedándome dormida en el acto.

*

En la mañana del sábado me desperté temprano, sentía los ojos hinchados y estaban rojos, Akon dormía profundamente en mi cama y decidí no molestarle, me abrazó toda la noche trasmitiendome su calor lo que me tranquilizaba.

Me bañé y lave los dientes, preparé el desayuno y le guarde a Akon en el microondas, papá se había ido temprano al trabajo como todos los sábados.

Tome el cesto de ropa y empecé a recoger toda la ropa sucia que había en mi habitación y la de papá, hice la cama y puse el cesto en el pasillo, ya Akon se había despertado y se estaba duchando. Tomé el cesto de la ropa e iba a llevarlo abajo para lavarla, cuando pise las escaleras di un paso en falso, mi tobillo se torció, perdí el equilibrio, el cesto voló y yo caí escaleras abajo, mis ojos se cerraron y solo sentía los golpes a medida que iba cayendo, de repente todo para mi se puso negro, y no volví a escuchar nada más.