4. Máscaras de conejo

88 12 0
                                    


La primera vez que hablé con Kim Taehyung, murmuró muy cerca de mi oído una pregunta.

—. ¿Alguna vez has tenido un sueño lúcido?

Tenía la piel erizada por habérmelo preguntado de forma tan extraña, podía haber tocado mi hombro y comenzar a hablar conmigo, mas no me quejé, algo dentro de mi se hacía cálido de pensar que este artista a quien le debía muchas noches en las que no lloraba hasta dormir sino que me arrullaba escuchando su música me estuviese hablando a mi, a nadie más que a mi. Sin embargo, temblé al darme cuenta de que no tenía una respuesta que darle.

—. Creo que no se muy bien que es un sueño lúcido.

—Taehyung no se vio exasperado por mi respuesta ignorante, mantuvo sus ojos cafés sobre mi y procedió a explicarme de lo que estaba hablando—. Un sueño lúcido es cuando...tú, dormida, sabes que estás en un sueño y puedes alterarlo a voluntad.—mientras explicaba, tomó un mechón de mi pelo que descansaba en mi hombro, lo acomodó con mis demás mechones esparcidos sobre mi espalda y volvió a mirarme a los ojos—. ¿Ahora lo sabes?

—sonreí ligeramente, igual mi respuesta era no, baje mi mirada en cuanto me di cuenta de lo fatal que era eso—. Nunca he tenido uno...pero admito que sería fantástico crear un mundo en mis sueños al que pueda ir todas las noches.

—. ¿Y por qué no?

—. Lamentablemente, lo único que veo al dormir son...pesadillas.—Taehyung me miró por el rabillo del ojo y al darse cuenta de mi expresión frunció el ceño con un dejé de preocupación y un tanto de extrañeza—. ¿Usted ha tenido sueños así?

—él desvió su mirada con un suspiro—. Los he tenido muchas veces. Aunque, un poco dispar a tu idea, mis sueños lúcidos no tienen nada de fantástico ni maravilloso, en todo caso me parecen incluso más interesantes las pesadillas, menos horrorosas que lo que veo estando consciente de que es falso y aún así no poder despertar.

Permanecí mirándolo con un poco de impacto y algo de admiración. No esperaba de menos de Kim Taehyung, ansiaba conocerlo por ese tipo de detalles, quería conocer su forma de hablar, su forma de expresarse, quería adentrarme en sus propios traumas y entender por qué me identificaba tanto con sus letras y los lugares recónditos de donde seguramente provenían estas. Quería oler su tragedia y esculcar en las cavidades extrañas de su alma.

Y raramente parecía que él quería hacer lo mismo conmigo.

—. ¿Qué es lo que ve en sus sueños lúcidos?—pregunté mientras seguía mirándolo con esa fascinación de poder adentrarme aunque fuese un poco en su mente.

—. Bufones.—escupió Kim para después conectar sus ojos con los míos—. Eso es lo que son. Un grupo que me persigue constantemente en sueños y he llegado a creer, me persiguen también en este plano de la realidad.

—incliné mi cabeza ligeramente—. Sugiere que los sueños son...otra especie de realidad...

—. Lo son, querida. Existen. ¿Te has preguntado si son solamente sueños o vivencias de una vida paralela a la que sólo tienes acceso cuando tu cuerpo no está presente en esta realidad?—preguntó descolocándome un poco, me observaba con una sonrisa llena de diversión y un poco de escrutinio en sus ojos—. Fuera como fuese, podrías incluso haberlos visto en una de tus pesadillas...

—. ¿Al grupo con el que sueña?—pregunté, él asintió lentamente sin parar de analizar cada centímetro de mi cara.—. Si pudiera describirlos...

—. Visten de negro, usan máscaras de conejos y cargan rifles como si fueran a matar a Kennedy.—los describió, esperando alguna reacción de mi parte, la cual nunca llegó porque no creía haber soñado con personas así nunca. Sólo le mire fijamente para después soltar un suspiro y negar quedamente.

A Black Rose ; K.thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora