A Black Rose ; K.th

6. Sangre color rojo óxido

Volví a la fiesta. La música había ocultado toda la conversación que había tenido con Taehyung en la habitación, y de hecho todos estaban tan ensimismados en su diversión que nadie se dio cuenta que ambos habíamos desaparecido.

Sohyun me recibió sin preguntarme mucho, me dio una copa de champaña tratando de aminorar la tensión que cargaba encima y que ella notaba pero no quería decir nada para no molestarme. Fingí estar tranquila, conversé con ella como si todo estuviese bien mientras pensaba en todo lo que me dijo Taehyung, las instrucciones específicas de lo que tenía que hacer si quería escapar.

Lo primero que pensé fue en el laberinto.

Y lo segundo que pensé es que no podía irme sola, tenía que llevarme a Sohyun. No podía tardar más de dos horas en recorrer el laberinto y llegar al final para escapar, claro que podía hacerlo, la pregunta real era cómo podía evaporarme al jardín trasero sin que Kim me viese. Mientras pensaba todo esto sonreía fingidamente a los demás invitados que cantaban la letra de la canción que se reproducía en el momento. Yo no la conocía.

Mi cabeza le dio vueltas a las instrucciones de Taehyung, pero mientras más repasaba ese momento recordaba lo terriblemente erróneo que estuvo haber llorado frente a Kim. No quería mostrarme vulnerable, no quería que supiera que efectivamente le tengo miedo, que estoy aterrada, que por primera vez en mucho tiempo siento mi corazón latir a un lado de mi oído. No quería mostrarle que puede controlarme.

Así que pensé que si quería salir de aquí viva, iba a tener que ser capaz de contar con los dedos de una mano las veces que llore frente a Kim Taehyung. Mantenerme firme, aunque por dentro esté sucediendo la peor de las guerras.

Cuando levanté mi mirada un poco pude observar que Taehyung se unía a la fiesta. No como cualquiera lo haría, bailando y cantando como los demás invitados; no, Kim se acercó al comedor con ambas de sus manos detrás de su espalda y se quedó quieto en el extremo contrario de la mesa.

Uno frente al otro. Tenía sus ojos fijos en mi.

Volví a mirar a todos los que me rodeaban, sus murmullos, sus conversaciones y gritos parecían haberse silenciado de nuevo, como cuando has pasado mucho tiempo bajo el agua. Todos parecían divertirse, mientras bebían los licores costosos que nos había ofrecido él y los chocolates confitados alrededor de la mesa del comedor. Todo lo que tenía mi atención ahora eran los penetrantes ojos de Taehyung sobre mi.

Los miré a todos de nuevo, sólo por un segundo, observé su ingenuidad, tal vez pensando en que si les decía la verdad todos podíamos escapar, pero no pude decir ni una sola palabra.

No pude ni suspirar.

Cuando dejé de observar a los invitados para fijarme en Taehyung, ya no tenía sus manos detrás de la espalda, sostenía un rifle en su mano, dio una vuelta al mango hasta quedar paralelo a su antebrazo y lo apuntó contra la cabeza de uno de los invitados. Sin parpadear, tiró del gatillo. Un estruendo frenó las risas y gritos de la fiesta haciendo que todos se fijaran en la violenta escena. El chico se cayó sobre la gran mesa del comedor manchando el blanco mantel de sangre color rojo óxido; Taehyung detrás de él bajó su arma sin despegar sus penetrantes ojos de mi rostro.

La gente no gritó, tan sólo miraban con horror el cuerpo sin vida de aquel chico y confundidos escucharon las palabras que Kim me escupió después de matarlo.

—. Voy a darte dos opciones.

Contrario al miedo intenso que sentía creciendo en mi pecho después de ver aquello, no le mostré ninguna emoción, en cambio sólo acerqué mi mano a mi rostro, para quitarme de la cara una pequeña salpicadura de la sangre del chico que me llegó hasta la mejilla.