A Black Rose ; K.th

13. Bella y Bestia

Kim Taehyung nació el último día de diciembre. Y el último día de diciembre fue el último día que su madre vivió. No pudo ni siquiera verle a los ojos antes de morir, Taehyung no los abrió hasta unas horas después de haber nacido.

Su padre era un multimillonario, él y su esposa disfrutaban de dar fiestas a sus amigos y que su familia se quedase a dormir en épocas navideñas, eso explicaba el tamaño de la mansión donde vivían. Cuando nació Taehyung, la fiesta se acabó, y nadie volvió.

Las navidades las pasaban ambos solos y algunos de los sirvientes de la casa. Sólo así podía Taehyung soportar el frío del invierno. Poco a poco los sirvientes se fueron, sólo quedó uno de ellos, cinco años mayor que Taehyung.

Y entonces, vinieron las enfermedades. Pasaban días enteros en los que Taehyung parecía delirar por horas, hablaba solo, se despertaba en la noche, escuchaba cosas y veía gente que no estaba ahí. Cuando recibió su diagnóstico, comenzaron a aparecer las alucinaciones más fuertes: un grupo de personas vestidas de negro, ocultaban sus rostros con máscaras de conejo, cada uno portaba su arma y vivían en el bosque que rodeaba la mansión. En las alucinaciones y sueños de Taehyung ellos entraban a la mansión, destrozaban todo a su paso como un huracán, se burlaban de Taehyung y no lo dejaban en paz hasta que el muchacho se tiraba al suelo a llorar, colapsando en el acto; cuando despertaba ya no estaban, en realidad nunca habían estado ahí, pero Taehyung no sabía eso, sólo su padre y su siervo, por lo que asumía que todos los destrozos ya los habían arreglado ellos y él había pasado días dormido cuando en realidad sólo eran minutos y máximo unas dos horas.

Él me contó eso, probablemente porque ahora sabe que no era real.

La tristeza mató al padre de Taehyung, ya no había más navidades, ni fiestas, ni nada. Sólo quedó un chico con una enorme fortuna, su siervo y un futuro prometedor en la industria musical.

Hoy se cumple un mes y dos días desde que me fui de mi casa, y lo que acabo de decir es, en resumidas cuentas, la información que había logrado recabar de Kim Taehyung las últimas semanas que habíamos estado hablando por horas, desde que se pone el sol hasta la madrugada, desde la noche hasta los primeros rayos del día. Y aunque todavía no lo conocía a fondo, había resuelto muchas de mis dudas.

Y al igual que él me contó los detalles importantes de su vida, yo también lo hice. Claro que todavía me guardaba aquellas cosas que me mantenían despierta de noche, algunas veces las había confesado de forma ambigua, si Taehyung había entendido o no lo que quise decir era otro asunto. Él mismo utilizaba esa táctica conmigo, las cosas que más le costaba decirme las decía a medias.

Por ejemplo, no me dijo explícitamente que su padre lo golpeaba, más bien me dijo: "mi padre me dejó cicatrices en todas partes, no sólo mentales." Y yo había asumido aquello como que había un abuso físico entre ambos, y lo confirmé cuando veía sus brazos cuando se arremangaba la camisa y de los bordes de la tela se colaban aquellas marcas desagradables que nunca se borran.

Se parecían mucho a las mías.

Y curiosamente el observar esas marcas y escuchar esos comentarios ambiguos que me hacían sentirme más cercana a él, algo dentro de mi tenía la necesidad de compartirle de igual forma mis pensamientos y experiencias.

Descubrí entonces lo que le gustaba hacer a Taehyung, lo que él hacía para entretenerse en una casa tan grande y sin tecnología moderna. Todas las tardes me dirigía al comedor y unos minutos después, Taehyung bajaba las escaleras con dos o tres libros en sus manos, los dejaba a mi lado y se sentaba en la silla a mi derecha, yo leía el titulo del libro que había escogido y acto seguido comenzaba a leerlo en voz alta mientras él me escuchaba atento, con sus ojos fijos en mis expresiones y mis movimientos que le daban vida al relato que le estaba contando. Usualmente colocaba sus brazos sobre la mesa y recargaba su cabeza sobre ellos, mi voz lo arrullaba eventualmente y Taehyung caía dormido antes de que pudiera terminar el libro.