Regreso a casa

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Daniel se encontraba en el aeropuerto de Australia, estaba esperando a sus papás pues ellos desde que se enteraron que él iba a pasar sus vacaciones en casa, se alegraron tanto que le dijeron que iban a pasar por él al aeropuerto. Por lo que al llegar, les avisó para que ellos pasaran por él. Y con unos minutos de espera los pudo ver en la entrada del aeropuerto. Al estar tan cerca, todos se abrazaron y alegraron por estar de nuevo juntos, ya que desde que Daniel se mudó de la ciudad, no se veían con mucha frecuencia. Lo que hacía que al volver a encontrarse, se emocionarán mucho, sobre todo porque desde hace unos meses que el abuelo de Daniel no estaba, para ellos era más importante ese tiempo juntos.

Ya en casa, todos pasaron la tarde juntos hablando de cosas de las carreras y cosas por hacer en casa. Estando todos en el comedor y mientras comían la rica comida que hicieron para Daniel, comenzaron a hablar sobre la casa que el abuelo de Ricciardo había dejado para él.

Mamá - Dany, sabemos que vienes para vernos pero tambien por la casa de tu abuelo. Era muy importante para ti, de eso no hay duda alguna.

Daniel - Si, bastante. Quiero tenerla más por lo que me recuerda y lo que vivimos en ella. Aunque no entiendo cómo es que mi abuelo dejó esa condición.

Papá - Todos sabemos que él se preocupaba porque tú estuvieras con alguien. Supongo que fue en lo que pensó hasta en sus últimos días.

Daniel - Lo sé papá, por eso quisiera tener esa casa. Aunque debo cumplir con la condición y no sé cómo lo haré.

Mamá - Solo te pido que la persona con la que estés, la quieras mucho y esa persona te quiera igual. No vayas a cumplir esa condición, solo por tener la propiedad.

Daniel - No, mamá. Si encuentro pronto a la persona, será porque realmente sienta algo por ella.

Papá - De eso tienes que estar seguro, a nosotros también nos gustaría que la encontrarás pronto y no solo por la casa.

Daniel - Les puedo prometer, que si la encuentro va a ser porque de verdad sienta algo por ella. Dijo desviando la mirada, ya que su promesa no era tan sincera.

Mamá y papá - Confiamos en que lo harás.

Al terminar de hablar con sus papás, Ricciardo habló con un par de amigos y vecinos que se encontraban también de regreso por vacaciones, quedaron en salir para tomar algo y hablar sobre su tiempo sin verse. Tenía ganas de volver a salir con sus amigos y distraerse un poco sobre el tema de la casa de su abuelo.

De regreso a su casa, se encontró con dos mujeres, una joven y otra mujer ya mayor, que estaban teniendo problema con su carro. Pues las veía preocupadas pidiendo ayuda, pero nadie paraba a ayudarlas por lo que creyó que sería buena idea ofrecer su ayuda, paró su carro cerca del de la joven y la mujer que parecía ser su abuela para poder ayudarlas.

Daniel - Disculpen, ¿puedo ayudarlas?, ¿Qué pasó con su carro?

Mujer joven - Si, te agradezco. Estaba llevando a mi abuela a casa y de pronto se paró el carro. No sé bien que es lo que pueda ser.

Daniel - Puedo revisarlo si quieres, pero en caso de no poder hacer que avance. Puedo llevarlas a su casa mañana hablan a una grúa.

Mujer joven - Si, puedes hacerlo. Si no funciona, te agradecería mucho si nos puedes llevar, no vivimos muy lejos de acá. Iríamos caminando, pero mi abuela no puede caminar tanto.

Daniel - Si, no te preocupes. Las puedo llevar sin ningún problema, yo también vivo cerca de acá.

Al decir eso, Ricciardo bajó de su carro para revisar el carro de la joven y al terminar de revisarlo, se dió cuenta que en realidad si pasaba algo con el motor. Y no iba a ser posible que la joven y su abuela se fueran en el.

Mujer joven - Entonces, dices que no es posible que avance. ¿Cierto?

Daniel - Si, tendrás que llevarlo mañana al mecánico.

Mujer joven - Está bien, lo llevaré mañana temprano. Aún así te agradezco mucho por parar y ayudarnos.

Daniel - No es nada, por ahora las llevo a casa. Suban a mi carro y mañana ya tendrás tiempo para arreglar el tuyo.

Mujer joven - Si, gracias. Dijo ella al subirse ella y su abuela al carro de Daniel.

Ya de camino a casa de la joven y su abuela, Daniel se había dado cuenta que no le había preguntado su nombre.

Daniel - Oye perdón por el atrevimiento, pero me olvidé de preguntar tu nombre antes. ¿Cómo te llamas?

Mujer joven - Me llamo Ivy. ¿Cuál es el tuyo?

Daniel - Daniel Ricciardo, un placer conocerte.

Ivy - Si, igual es un placer. Se que ya te agradecí mucho, pero te vuelvo a agradecer por traernos a casa. Dijo ivy al ver que ya llegaban a la casa de su abuela.

Daniel - No es nada, de hecho yo vivo a unas pocas cuadras de acá.

Ivy - Gracias de nuevo por traerme a mí y a mi abuela. Dijo al estar en la puerta de su casa.

Daniel - Oye, se que no nos conocemos. Pero quería preguntarte si me puedes dar tu número, quisiera conocerte más o por lo menos ayudarte a llevar tu carro al mecánico tal vez.

Ivy - Si, podemos salir alguna vez y conocernos. Dijo al darle su número a Daniel

Daniel - Estoy de vacaciones, podemos salir pronto y conocernos el tiempo que esté aquí. Mañana te puedo acompañar al mecánico, si es que puedes y quieres

Ivy - Si, puedo. Solo que tendrá que ser después de mi turno en el hospital.

Daniel - ¿Eres doctora o enfermera? Preguntó interesado

Ivy - Enfermera, mañana tengo el turno matutino, por eso no puedo llevarlo temprano. Pero al salir, puedo hablarte y podemos llevarlo al mecánico.

Daniel - Si, podemos hacerlo así. Mañana puedo pasar por ti al hospital y llevamos tu carro. ¿Te parece bien?

Ivy - Si, gracias. Mañana nos vemos y hablamos. Dijo ella al despedirse de Daniel y agradecerle de nuevo por ayudarla y a su abuela.




Only Memories -Daniel Ricciardo-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora