"Cuanto antes sufras el desamor antes podrás volver a enamorarte"
-George Pellicer.
Una suave melodía espontánea salía de su boca al silbar. El hombre de cabello teñido caminaba con calma sobre la acera con un ramo de flores en su mano izquierda y un cigarrillo a medio terminar en la derecha.
La brisa fresca de la noche causaba en el joven una sensación de paz.
Lástima que eso duraría poco.–Hola Carlos– se dirigió al portero del edificio.
–¿Otras vez flores, Killian? Si sigues así, esa chica tendrá que alquilar un apartamento nuevo para tener más espacio– sonriente abrió la reja y le entregó las llaves de repuesto que siempre usaba. Su novia jamás mantenía sin llave su puerta. Sin embargo la mayor parte del tiempo olvidaba dónde las dejaba.
–Es tradición cuando vengo– se encogió de hombros para luego despedirse.
Dando una calada a su mayor vicio subió los escalones. Apresuró el paso hasta llegar frente a la puerta de su amada, donde se deshizo del cigarro. Al entrar un fuerte olor a marihuana lo hizo arrugar la nariz.
–Beatriz ¿Otra vez tú?
Molesto cerró la puerta detrás de sí, esperando ver a una de las vecinas tirada en un rincón. En vez de eso, dejó caer sus flores. La joven dueña de sus sueños estaba en ropa interior e inconsciente en el sofá.
–Amor ¿Qué mierda hiciste?– asustado quitó la pequeña soga en el pálido brazo de ella. Al percatarse de una jeringa en el suelo sus latidos se aceleraron.
Lo primero que hizo fue intentar llamar a una ambulancia. Se detuvo al oír un ruido proveniente del baño.
–¡Oye bonita! ¿No tienes toallas limpias aquí?– la voz de un desconocido desconcertó a Killian.
El temor fue reemplazado por ira. A grandes zancadas Killian caminó hacia la habitación hasta llegar frente al baño. Lo recibió un desconocido cubierto con tan solo una toalla al rededor de la cintura.
–Oh tu debes ser el otro...¿Sabes? Me han hablado mucho sobre ti– inquirió sonriendo con burla.
–¿Quién eres y qué carajos haces en el departamento de mi novia?– Killian apretó sus puños. Estaba listo para arrojarlo por la ventana si hacía falta.
–Nuestra novia– corrigió levantando el dedo índice –Ese cuerpecito aguanta a dos hombres, te lo aseguro. Incluso creo que hasta tres.
Con descaro el desconocido hizo el ademán de volver a la sala, donde estaba la mujer. Como era de esperar fue detenido por un duro puñetazo directo en el ojo. El estruendo causado por el cuerpo impactando en el suelo de azulejo despertó a la tercera en discordia.
Mientras tanto, Killian se arrojó sobre el amante fornido dispuesto a darle otro golpe. No tuvo éxito ya que el joven llamado Aaron impactó su pie contra él. El combate continúo por unos breves minutos en los que la chica lograba reincorporarse y caminar hacia ellos.
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Capricho (+18)
RomancePink Paradise es conocido por ser el más prestigioso y fino burdel de la ciudad. Este es el escenario de un grupo de prostitutas con pasados difíciles y presentes tortuosos. En medio de este caos, un poderoso mafioso comienza a tener una peligrosa f...