『22: Falsas esperanzas』

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"Quien vive de ilusiones muere de decepciones"

-Anónimo.

"Evercare Hospital", Nevada

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"Evercare Hospital", Nevada.

Tres esbeltas mujeres se movían inquietas en el pasillo de aquel hospital, a la espera del permiso de la doctora para entrar a la habitación de Sabrine, llamando la atención de algunos enfermos que pasaban por allí.

Victoria se encontraba sentada moviendo su pierna inquieta mientras que su ojos leían frenéticos algunos artículos médicos en su tableta. Esta vez investigaba sobre una nueva droga indetectable para los escáneres más avanzados de los aeropuertos.
Teofila caminaba de aquí para allá moviendo entre sus dedos un lápiz labial. Cualquier diría que se trataba de un simple artículo de maquillaje, pero Sabrine se lo había regalado cuando descubrió que en el otro extremo del labial se podía desplegar una pequeña y filosa navaja.
Zafiro, recargada contra la pared,
cruzó sus brazos sobre el pecho a la vez que con su pie daba pequeños golpecitos al suelo.

El doctor salió de la habitación acomodando sus gafas. En un pestañear de ojos tenía a las mujeres encima.

–¿Cómo está, doctor?– la voz de Victoria jamás mostraba verdadera desesperación aunque la hubiera. Siempre parecía ser la voz de autoridad y serenidad aunque sus palabras te condenaran a muerte.

–Mejor, ya despertó y está lúcida. Continuará un par de días más en observación, pero lo peor ya ha pasado.

Ellas sonríen complacidas para luego apresurarse a entrar en la habitación.

La pelirroja estaba recostada observando fijamente la lámpara del techo. Su mirada se encontraba apagada casi sin brillo alguno, si no fueran por las lágrimas que amenazaban salir en cualquier momento.

–Chicas– se le escapa un suspiro lastimero al ver a las mujeres acercarse –¿Mis...herma... hermanos?– su voz es rasposa.
El pecho le duele infernalmente pero aún así se esfuerza por recomponerse en la cama para lograr una ubicación sentada.

–Shhh no te esfuerces– Victoria le acaricia con delicadeza la cabeza.

–Ellos están bien. Están al cuidado de una conocida mía que es de confianza. Tranquila– responde Teofila con una media sonrisa –Mejor preocúpate por ti, bombón.

Zafiro sin decir nada se arrodilla en el suelo y recuesta la cabeza sobre las piernas de Sabrine, cerrando los ojos aliviada.

–Oh no, hasta Zafiro está llorando– Sabrine habla con pausas largas por el esfuerzo –Ey, ey, no se angustien.

–Es un alivio que estés mejor...– Victoria aclara su garganta –Seguramente la policía vendrá por tu declaración. Nos gustaría que nos dijeras quién te hizo esto.

Capricho (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora