Y llegará el día en que la rechazada se enfrentará con su pasado, rechazando a los que ahora sí la quieren.
Hace 20 años.
Nevada, Estados Unidos.
Un bebé para muchos puede ser una alegría, un nuevo comienzo para volver amar a alguien más y dejar un legado en esa criatura. Ver en una pequeña versión de uno mismo el futuro, para así cuidarlo y protegerlo con la vida.
Pero, sin embargo, no todos opinan igual.
−¡Quiero que te lleves a esa cosa fuera de aquí!- soltó el hombre con repulsión −Y espero no escuchar ni una sola queja.
La hermosa muchacha de ojos grises miró exhausta a su bebé y a su marido desde la cama, con los ojos cristalizados se limitó a asentir y a balbucear palabras que podrían tranquilizar al hombre.
−Yo...lo-lo siento...
−¡Claro que lo sentirás! ¡El resto de tu vida desearás haber parido un niño antes que eso!
La partera, que hasta ahora se había mantenido al margen de la situación y solo hacia su trabajo, levantó la mirada del suelo y también habló.
−Señor, yo creo que debería de calmarse...tal vez no haya recibido al heredero que quería pero no puede juzgar el futuro de una criatura solo por ser niña. Podría conseguir un buen marido y...
Antes de que dejarla terminar, el alto y fornido pelinegro le quitó de los brazos de su mujer la bebé. Se la entregó rápidamente a la partera y gritándole groserías la echó de la casa con la promesa de no abrirle la puerta si aún tenía en sus brazos a su hija recién nacida. La bebé lloraba desconsolada, completamente indiferente al desprecio que se le estaba dando por su sexo.
–Deshazte de ella. No la quiero viva ¿oíste?
La corpulenta cuarentona salió a la calle apresurada, sin saber qué hacer. No había un orfanato o algún hospital en kilómetros. Por algo es que la habían llamado para ayudar a dar a luz al tan esperado "hijo" de la familia. Ahora se encontraba en un dilema ¿Dónde dejaría a la pequeña? Cuidarla ella misma sería un rotundo error. Tenía ya suficientes problemas económicos para darle de comer a sus dos sobrinos huérfanos como para ahora tener una boca más que alimentar. Además, cuando el señor Callahan se enterara que la estaba cuidando seguro habría problemas.
La mujer comenzó a reflexionar por aquel callejón solitario, iluminado tan solo con la tenue luz de unos cuantos faros. Mientras tanto, ella arropaba a la bebé para que se durmiera.
Callahan era dueño de una fábrica de productos agrícolas, por lo que decir que era un hombre importante era exagerar. Entonces ¿por qué querer como heredero exclusivamente a un niño? La gente decía que esa familia era muy extraña, con pensamientos conservadores y muy atrasados a su época; Lo cierto era que su personalidad machista lo hacía creer que una niña solo serviría en la casa, no podría heredar el negocio familiar a menos que se casara, y ni siquiera ella lo podría llevar al frente.
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Capricho (+18)
RomancePink Paradise es conocido por ser el más prestigioso y fino burdel de la ciudad. Este es el escenario de un grupo de prostitutas con pasados difíciles y presentes tortuosos. En medio de este caos, un poderoso mafioso comienza a tener una peligrosa f...