『14: Nicotina』

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"Todos somos mortales hasta el primer beso y la segunda copa de vino"

-Eduardo Galeano.

Burdel Pink Paradise

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Burdel Pink Paradise.

Las luces color rosa hacen sonreír a Killian. Aquel asesino que había salvado por casualidad lo había traído a Pink Paradise dispuesto a hacerse cargo de los gastos de la noche.

"Al fin algo de suerte" piensa mientras camina delante de los guardespaldas del mafioso con acento extranjero.

El lugar no estaba como de costumbre. La música era suave, en vez de chicas con poca ropa rondando de aquí para allá habían uno que otro mesero, la barra era la que tenía más clientes.
Allí estaba, como siempre, Teófila.

Naila los recibe con una deslumbrante sonrisa. Dirige una tímida mirada Killian. Aún recordaba como casi habían tenido sexo, si no fuese por el grado de alcohol que tenía el chico.

–Caballeros sean bienvenidos.

–Gracias– sonríe el alto y poderoso jefe –Belleza ¿la señorita Evolet ya está aquí? Vengo acompañado de un amigo que quisiera presentar. Tal vez podrías unirte a ella y regalarnos uno de esos espectáculos...especiales– guiña un ojo juguetón.

La chica ríe nerviosa.

–Señor por si no lo sabía su amigo tuvo problemas la última vez que estuvo aquí– susurra sintiendo encima la mirada de Teófila, quién analizaba la situación a lo lejos –Fue mi culpa. Lo siento– se disculpa mirando a Killian –Le cuento esto para que no se sorprenda si Evolet se niega a aceptar su presencia hoy.

–Eso no es problema. Killian me comentó en el camino sobre el incidente. Yo mismo me haré cargo. En cuanto a mi sexy bijou, estoy seguro de que vendrá para darme el gusto.

Naila no lo contradice. Se limita a guiarlos hasta una mesa y retirarse con la promesa de volver con bebidas.

Los curiosos ojos de Mark se dirigen hacia el gran marco cubierto de tela blanca que traía Killian. 

–¿Qué es eso? No te has querido separar de ese cuadro en todo el camino.

–Hum...Es...– rasca su oreja e intenta buscar las palabras correctas –Un cuadro de disculpa. Pensaba venir para remediar mi mala conducta– se levanta y toma al objeto con rapidez –Pediré que lo dejen en un lugar seguro.

–¿Puedo verlo?

Ignora la pregunta y camina hacia la barra, donde Teo lo mira con desconfianza.

Capricho (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora