『13: Danzando al compás de la Traición』

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"Judas demostró que no todo aquel que besa ama"

-Anónimo.

Nevada, Carson City

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Nevada, Carson City.

Las cosas en casa de Zafiro y Victoria estaban tranquilas. 

La joven de ojos azules estaba siendo observada con orgullo por su madre mientras practicaba Ballet. El "Revelé" es la postura más popular.  Esta consiste en levantar los talones del suelo, apoyando el peso del cuerpo en la punta de los dedos de los pies.

Desde pequeña Evolet experimentó una atracción hacia la danza, en especial a la clásica. Tuvo clases desde los 5 años, por lo cual ahora en la actualidad ya era toda una bailarina hecha y derecha.
Sin embargo, el trabajo en el burdel y el robo al banco le estaban quitando mucho tiempo a su pasatiempo favorito. 

Victoria sonríe. La gracia con la cual se movía su hija le transmitía paz. 
Para cuando la canción termina, Zafiro queda con los pies cruzados, quedando estos en paralelo de tal manera que el talón de uno está a la altura de los dedos del otro. Su brazo derecho queda elevado sobre la cabeza, mientras que el izquierdo está extendido hacia el costado. 

La única espectadora aplaude. 

Luego de hacer una reverencia, la bailarina sonríe y se dirige a su celular para revisar la hora. Es en ese momento en el que nota una notificación de mensaje de texto de hace una hora. Era Dupont.

-Bijou, deseo verte esta noche.

–Madre– Zafiro suspira y deja de lado el aparato.

–Dime.

–Mark en cualquier momento querrá convertirme en su puta personal. 

Victoria se acomoda en su sillón y la mira tajante.

–¿Otra vez te solicitó?

La joven asiente.

–Hoy es jueves. Él sabe que hasta mañana no hay bailes —suspira agotada, dejándose caer al lado de Victoria—. Además, Teo y Naila se están encargando del bar. Ellas lo atenderán muy bien. Me llamó el sábado y el domingo también, ¿y ahora nuevamente? Me darán ganas de clavarle un cuchillo en el cuello. Paga bien, y el sexo es muy bueno, pero me estoy aburriendo.

Sus últimas responsabilidades hacían que todas se agotaran de la rutina. Aquella excitación por el peligro que cada día corría por las venas de Evolet poco a poco se había apaciguado.

–Espero que Mark no vaya a mezclar negocios con pasión. Es peligroso, eso de querer verte tan seguido, hija —advierte con serenidad Victoria.

–Jamás me contaste la historia–Evolet cruza las piernas y mira a su madre con intriga.

Capricho (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora