—¿Se ve bien? ¿No está corrido o algo así verdad? —Dieter se levanta para mirar a Camila, el azabache le toma las manos.
—Te ves preciosa —Susurra, la azabache sonríe emocionada—, jamás pensé que pudieses verte tan bonita.
—¿Tú crees? Nos hemos esforzado mucho en esto y... —Dieter ríe, Camila le sigue, Abe abre la puerta.
—No quiero molestar o algo así pero creo que deberíamos irnos ya —Aconseja, la menor mira a la pareja nerviosa.
—¿Estarán allí todo el tiempo verdad? En la fiesta también —Ambos ríen, Camila ya tiene 23 años y sigue comportándose como una niña cuando se trata de ambos, después de todo siempre habían seguido sus caprichos.
—Está muy nerviosa —Susurra Dieter cuando Camila comienza a acomodar su vestido en el auto, Abe palmea su hombro.
—Tú también —Ríe Abe, Dieter golpea su hombro, ambos suben al auto, Abe suspira antes de comenzar a conducir.
—¿Pidieron algunos días? ¿Se quedarán en Ottawa? —Pregunta Camila jugando con sus manos intentando mantener a raya sus nervios, Abe mira a Dieter.
—Si, aunque solo será este fin de semana ¿Verdad? —Abe asiente no muy seguro.
—Estaba pensando en que podríamos tomarnos nuestras vacaciones, quería ver a Maggie y después podríamos viajar —Dieter mira a Abe, el rubio se encoge de hombros.
—Ya las pediste —Abe ríe cuando Dieter sonríe divertido, por supuesto, lo conoce lo suficiente.
El camino se hace corto, Camila mira por la ventana y respira ansiosa al ver todos los autos estacionados fuera de la iglesia, Abe y Dieter se voltean a mirarla hasta que está lista para bajar.
Su padre la recibe fuera de la iglesia, Camila toma la mano de la pareja antes de que entren.
–Quédense cerca —Susurra, Dieter y Abe abrazan a la menor con mucho cuidado para no arruinar su cabello.
—Todo estará bien, tranquila —Camila asiente, su padre le acomoda el velo mientras Abe y Dieter ingresan a la iglesia, Elijah los mira expectante mientras se escabullen hasta los asientos delanteros, el castaño luce mucho más ansioso que Camila y Dieter tiene que hacerle una seña para expresarle que todo está bien, seguramente su padre debe estar disfrutando el abrazo de su hija antes de llevarla al altar.
—¿Todo bien? —Pregunta su madre, Dieter asiente palmeando su mano para tranquilizarla, la rubia suspira entrecortadamente.
Cuando las puertas se abren y Camila entra tomada del brazo de su padre todos se voltean, Dieter mira de reojo a Elijah, como sus ojos se iluminan al ver a su hermana menor y una sonrisa se dibuja en su rostro, Abe sonríe mirando a su pareja.
—¿Tienes celos? —Dieter sonríe.
—Un poco, sí —Abe oculta su risa, todos se fijan en como Camila ingresa con su vestido blanco, Dieter toma aire cuando su padre la deja en el altar y Elijah toma sus manos, al otro lado, en la fila de sillas, Dieter puede ver a Damian igual de expectante que él mismo sobre lo que está ocurriendo.
Hay un largo discurso sobre el catolicismo antes de los votos, Camila y Elijah no dejan de sonreírse ni siquiera un segundo, Diana abraza a Dieter por detrás en la silla, el azabache toma su mano.
Es extraño de ver, Dieter siente un nudo en el estómago, esperaba que fuese distinto, quizás en más tiempo, quizás con otras personas al rededor, pero le tranquiliza saber qué es Elijah, y que no han dejado de amarse desde que son adolescentes, el azabache suspira y Abe lo mira.
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Suéter Amarillo
Teen Fiction"¿Quién diablos utiliza un suéter de color amarillo?" Se preguntó Dieter un miércoles. "¿Quién diablos toma el bus tan temprano?" Cuestionó un martes. "¿Con quién diablos puedo conseguir su número?" Susurró un viernes.