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Camila tomó un suéter y lo amarró a la correa de su mochila, Dieter la esperó en el jardín delantero de la casa; su madre les dió un beso a ambos antes de que se fuesen y así ambos comenzaron a caminar a la estación de autobuses.

Todos los meses ambos hermanos intentaban tener un día compartido, uno en el que uno de ellos tendría el turno para elegir qué hacer, esta vez el turno es de Dieter y habían quedado en visitar el teatro, Dieter había comprado las entradas hace una semana.

Y ya van tarde.

El autobús no pasaba, Camila comenzó a aburrirse y le contó sus anécdotas a su hermano mayor, eso los mantuvo distraídos a ambos, aún así el azabache no pudo evitar mirar la hora cada cierto tiempo, ya llevaban 15 minutos esperando el autobús cuando un nuevo mensaje hizo vibrar su celular.

Y luego otro, y otro.

Desbloqueo el celular dándose cuenta de que Damian era el autor de dichos mensajes, abrió el chat ante la mirada curiosa de su hermana menor.

"Dieter ¿Cómo estás?
Quería invitarte a comer hoy si no tienes nada que hacer, quiero que hablemos sobre algo, bueno, sobre mi hermano si no te es problema".

El pecoso se mordió los labios, miró a Camila, la hora sobre el chat y luego los mismos mensajes.

"Hola!
Lo siento pero hoy me comprometí a pasar todo el día con mi hermana y es incoveniente llevarla, supongo".

A los segundos llegó una respuesta.

"Si quieres puedes traerla a comer, es más, te lo agradecería, sería una salida para Elijah".

Dieter suspiró.

El autobús que los lleva al teatro pasó 18 minutos después de que ambos estuviesen esperando, Camila levantó su mano intentando pararle.

—Cami, vamos 30 minutos tarde ya—Habló el mayor—La obra es de una hora y media, no creo que veamos mucho—La menor cerró los ojos abatida—Pero si tomamos este autobús quizás nos deja en la casa de un amigo mío que nos invitó a comer más tarde, es algo inesperado, pero ¿Prefieres seguir y llegar a la hora que sea y ver lo que resta o ir con él?

—Depende ¿Qué amigo es?—El liso cabello de la menor se deslizó corriendo por sus hombros al voltear la cabeza para preguntar.

—Damian.—Camila sonrió burlona.

—Hoy es tu turno de elegir—El bus estaba dejando pasajeros en la estación, aún no partía, Dieter asintió—No me molestaría ir con él.—Ambos entraron al autobús.

Está decidido, irán con Damian y su excusa será que ya no podían llegar a la obra, lo cual no es mentira.

Pero de esa manera no se vería tan desesperado.

Ni tan obvio.

Tomó su celular y escribió.

"Ya vamos para allá".

El trayecto jamás fue largo, Damian le había mencionado en algún momento que debía tomar dos autobuses para llegar a la universidad, uno de un recorrido muchísimo más corto que el otro; tiene razón, la diferencia es considerable.

No es ni el cuarto del viaje a la universidad.

Dieter y Camila bajaron una parada antes, cuando Camila preguntó por qué, Dieter contestó que por sus inseguridades de que el autobús pasase de largo y los dejase en algún lugar desconocido, en general, por su ansiedad.

Miró el edificio frente a él, ambos hermanos subieron los peldaños en cortos saltos, el portero los detuvo antes de que tomasen el ascensor.

—¿Quiénes son?—Camila miró a Dieter, este suspiró metiendo sus manos en sus bolsillo.

Suéter Amarillo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora