Toda esa semana había sido...horrible.
Después de juntarse lo bastante temprano para no tener que presentar tarde en el auditorio el jefe del laboratorio de anatomía había citado a Dieter, justo cuando este estaba por irse a casa, Abe y Leah preocupados lo acompañaron.
—¿Cómo planeas presentar este proyecto su té elegimos para la feria?—Dieter no quería ser elegido pero sabía que la respuesta afectaría su calificación.
—Con una pata de cerco o vacuno y piel de tilapia profesor—El hombre asintió—Para evitar el mal olor estará congelada y dentro de una diminuta pecera donde podremos manipularlo con pinzas con las manos sin tener que exponerle constamente al aire libre, la idea más allá de mostrar resultados en el ser humano es explicar el funcionamiento y como evitar bacterias.
—Entiendo—El hombre paseó con la carpeta en la mano—El viernes no tendrás clases, te enviaremos a la feria, a ustedes también—Habló hacia su espalda, Abe se encogió, nunca fue bueno en público—Esperemos que todo salga bien, recuerda que esto no afectará tu calificación pero siempre tengo altos estándares en ti, no me hagas bajarlos—El azabache asintió—Pueden irse—Apenas lo dijo el pecoso casi corrió a la salida, moría por estar en casa y comenzar a estudiar para el exámen de farmacéutica.
Luego lo recordó.
—Abe—Nombró antes de voltear—El viernes comienza el viaje a la casa de mis abuelos—El rubio hizo una mueca—¿Irás?
—Pensé en ir, pero si te complica tanto como ahora con esto.
—No es eso, tendríamos que organizarnos para salir de la feria e irnos—Dieter sonrió—Estoy feliz de que decidieras ir—Abe también sonrió, Leah lo miró y rodó los ojos.
—Puedo ir en mi auto, así llevaría mis cosas ahí, podríamos irnos de aquí en auto a tu casa—Dieter asintió.
—¿Y Leah?—La peliazul abrió los ojos de pronto al ser nombrada.
—Ah, yo tengo una motocicleta, vendré en ella el viernes—Leah se encogió de hombros—Vayan tranquilos—Ambos sonrieron, Abe pudo jurar que los ojos de Dieter se iluminaron un poco entre tanto estrés.
—Entonces hablamos eso por mensajes—Comentó el menor, el rubio asintió—Bien, me voy, tengo que estudiar—El azabache caminó hasta la y dfparada de autobuses y esperó, en la mañana los buses pasan rápido así que llegó rápido a su casa, su madre que aún estaba almorzando lo recibió con un abrazo al ver su rostro cansado.
—¿Subirás a dormir?—Preguntó, su hijo negó.
—Tengo exámen el miércoles, debo estudiar—La mujer acarició la mejilla de su hijo preocupada, asintió—La próxima semana descansaré—La mujer sonrió.
Dieter pasó la noche del martes despierto preparándose para el exámen, Damian le hablaba y él contestaba entre sus comidas, le preguntó por el viaje, el proyecto y si presentaría en la feria, Dieter se encargó de contestarle todo, pero esta vez él preguntó como había ido todo con Elijah, solo que, esa pregunta la hizo en persona.
—Te ves terrible—Damian se vio genuinamente preocupado, Dieter actúo ofendido.
—Solo soy tu reflejo de la semana antepasada.
—Bien, pero yo al menos tengo el cabello más ordenado.
—Ya quisieras—Dieter sonrió al hablar, eso hizo sonreír inconscientemente a Damian—¿Cómo ha estado Elijah?
Lo único que Dietee había logrado saber era que pasó toda la semana con Damian, su hermana mayor lo llevaba a la escuela, luego de la propuesta de su hermano mayor lo había intentado, el viernes pasado había vuelto con sus padres y Damian aceptó el viaje de Dieter.
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Suéter Amarillo
Teen Fiction"¿Quién diablos utiliza un suéter de color amarillo?" Se preguntó Dieter un miércoles. "¿Quién diablos toma el bus tan temprano?" Cuestionó un martes. "¿Con quién diablos puedo conseguir su número?" Susurró un viernes.