Prefacio.

13.5K 1.5K 578
                                    

Se bajó del autobús exhausto, bostezó, quebró su espalda en un estiramiento y caminó sin muchas ganas hasta la universidad.

¿Sin muchas? ¡En realidad, nada!

Se pasó la semana entera con una hora diaria de sueño para estar perfecto en su exámen de anatomía, el cual, apenas tomó el autobús, cancelaron hasta nuevo aviso.

"Bien Dieter, solo será una clase, luego podrás irte" pensó, suspiró, su mirada cansada se balanceo por la gente frente suyo, abrió los ojos un poco más al ver un peculiar color entre la monotonía de la formalidad universitaria.

—¿Quién demonios usa un suéter amarillo?—Susurró con una sonrisa divertida, rodó los ojos y caminó más rápido.

Sin querer volteó un poco para ver al dueño del suéter, un castaño cualquiera, enarcó una ceja divertido, quizás, solo quizás, era un poco más bajo que él.

Entonces se volteó.

Y el mundo de Dieter se cayó.

Su respiración se cortó y volteó lo más rápido que pudo, tomó su celular y le subió el volumen a su música, sintió su corazón latir a una velocidad incontrolable y maldijo para sus adentros tomando la envoltura de un caramelo que aún se mantenía dentro de su bolsillo, estrujandola.

¿Por qué se sintió tan emocionado derrepente? ¿Tan despierto?

Confundido formó una mueca en su rostro, negó levemente, compraría algo para desayunar.

Quizás estaba un poco resfriado y el color del suéter de aquel chico estímulo su cerebro.

Quizás por eso su boca se secó, quizás por eso sus manos temblaron.

Llenó de aire sus pulmones y rompió su garganta en un tembloroso suspiro.

Un resfrío, si.

Suéter Amarillo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora