Dieter se había visto obligado a salir tras su hermana luego de que esta le hablase sobre lo mucho que necesitaba que le llevase a ver un regalo para Elijah, Dieter preguntó porque no podía ir con sus amigas.
—Porque me gusta más salir en familia—Decidió ella, con esa vil coartada le había sacado de su cama calentita temprano.
Cuando llegaron a casa con el que Camila creía era el regalo perfecto y los labios partidos por el frío se permitió descansar, prepararse un café con leche -que por cierto siempre le han quedado horribles- y ver una película junto a su padre que dominaba el control para entonces.
—¿Por qué no vas a patinar con tus hermanos?—Preguntó su padre viendo a los demás salir, Dieter quiso buscar la excusa más rápida.
—Mis patines están rotos—El hombre rió.
—Los ví en el ático esta mañana, están perfectamente.
—Están llenos de insectos.
—No es así, Camila los limpió por si decidirás ir—El menor se hundió en el sofá—¿Por qué?
—Odio patinar, lo hago muy mal—El hombre rió a carcajadas llamando la atención de su esposa.
—Si, recuerdo la navidad del cuello ortopedico, tuvimos que licuar tu comida—Dieter se encogió—No puedes vivir con eso por siempre.
—No me gusta patinar—Admitió, su padre sonrió.
—Entonces está bien que no vayas con ellos—El azabache imitó la postura de su padre inconscientemente—¿Quieres una copa de vino? Para calentar el cuerpo.
—No gracias, no me gusta el vino—El hombre hizo una mueca.
—¿A ti qué te gusta? Eres un pequeño cascarrabias.
—La cerveza, me gusta mucho la cerveza.
—¿Con este frío?—El menor se encogió de hombros—Bueno, ten, ve por una y me traes una cajetilla de cigarrillos, y chicle de menta—El azabache asintió, salió con su bolsa de tela hasta el mini mercado más cercano y de vuelta, al llegar su padre dormía con el control remoto en su mano, su madre quiso compartir con él un vaso de cerveza y un cigarrillo.
Cuando por fin pudo volver a su cama leyó los mensajes de texto de Abe, se había ido de viaje por negocios familiares hace apenas tres días, pero le hablaba cada tanto, y menos mal, una de las personas por las que se compró un nuevo celular fue él.
Pero estaba ocupado, así que los mensajes solo eran respondidos a ciertas horas, era un poco solitario.
Producto de las suspensiones de clases gracias a las nevadas apenas y hacia algo más que estudiar, le servía para pasar el rato también, eso y ayudar a su madre, o a sus hermanos.
Cuando sus hermanos llegaron Dieter agradeció no haber salido de casa, el punto negativo fue que al ser el único que no estaba agotado -o congelado- sería su turno quitar la nieve de la entrada, pensó que lo mejor que podría hacer era comenzar ya, Camila lo miró desde la ventana.
Debía estudiar, los exámenes estarían a la vuelta de la esquina pronto, quería prepararse, también quería tener tiempo para hacer sus compras navideñas, había pensado en regalos, su familia es simple, sabe lo que tienen y lo que no, o lo que les gusta, con Diana es algo parecido, Rodrigo estaba regresando de a poco, hablaban a ratos, y Diana ya lo estaba perdonando, quería darle algo también.
El verdadero problema es Abe y Leah, ya que ¿Qué se le da a alguien que tiene todo? Dieter frunció el ceño mientras pensaba, su hermana menor rió al verlo.
ESTÁS LEYENDO
Suéter Amarillo
Fiksi Remaja"¿Quién diablos utiliza un suéter de color amarillo?" Se preguntó Dieter un miércoles. "¿Quién diablos toma el bus tan temprano?" Cuestionó un martes. "¿Con quién diablos puedo conseguir su número?" Susurró un viernes.