Capítulo 6| Soldados de cartón

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No se cuánto tiempo llevo esperando aquí, esta lloviendo y estoy perdida en esta grande ciudad

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No se cuánto tiempo llevo esperando aquí, esta lloviendo y estoy perdida en esta grande ciudad. Se supone que iba a ir hacia la cafetería donde iba a empezar a trabajar, pero decidí no recibir ayuda de Lucien y pues ahora estoy aquí, perdida, bajo el techo de un negocio de mala muerte.

—¡Hey!

Volteo pensando en si es lapersona que estoy pesando y si, resulta que me está llamando el soldadito

— ¿Que carajos haces aquí sola? Pareces un gato mojado.

Lo miro con toda la molestia posible y trato de ignorarlo, empiezo a caminar bajo la lluvia, mojandome completamente.

—¿Es que lo tonta también te hace sorda?— está técnicamente a un lado mío dentro de su carro — ya vamos, sube, dulcenia no te vayas a mojar.

No hice nada para refutar, solo me gire y subí en su carro. De buena manera me giré hacia su cara, cuando nos conocimos parecía que me odiaba y hoy... ¿Que cambió? Parece que tiene problemas mentales.

— Gracias, estaba perdida — su carro estaba tan acogedor, super calentito y yo toda mojada — lamento mojar tu carro.

— no te preocupes, ¿Estas bien? ¿A donde te diriges?

Voltee a verlo con una sonrisita, y ojos iluminados, no se porque, pero su gesto al preocuparse por mi, me hace sentir especial y un poco avergonzada. No me di de cuenta que alguien más estaba en los asientos de atrás hasta que habló.

— Lían, déjame en la siguiente cuadra— era una mujer pero a decir verdad me dio mucha vergüenza voltearme así que básicamente hice como si esa persona no estaba allí.

— iba a la cafetería de Manuel, y si estoy bien gracias por preguntar.

—Está bien Francia, ¿y quien es Manuel? — frunce su ceño de manera extrañada, mientras sigue manejando, voltea hacia mi mientras el semáforo está en rojo.

— No se quién es, la verdad así se llama— hablo mientras me acomodo mejor en el puesto tratando de buscar un poco de calor. Cuando de la nada, lian se voltea a los asientos traseros buscando un suéter muy grande.

Me lo pone en mis hombros, me quedo sorprendida, el gesto hace que me sonroje un poco y articule un gracias casi susurrando.

El viaje se hace un poco tedioso porque me siento muy cansada y la lluvia lo que hace es darme más sueño, el ambiente que antes estaba como sol de medio día, ahora está nublado cual tormenta. En un semáforo me quedo viéndo su perfil y la verdad es que se me hace muy lindo.

Antes de que el suelte algunos de sus comentarios la chica llamada Francia se baja del auto murmurando un "vete a la mierda, nos vemos en la base" cuando se baja me volteo a verla, nuestras miradas se cruzan. Sus ojos oscuros reflejan un reto y su expresión burlona sentencia una promesa, es muy atractiva, demasiado diría yo.

Balas y Rosas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora