Capítulo 33|Consecuencias

170 15 3
                                    

Este hombre me ha sacado canas verdes en menos de una hora, llevo más de treinta minutos en la misma posición, no se exactamente qué es lo que quiere conseguir teniéndome en esta posición

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Este hombre me ha sacado canas verdes en menos de una hora, llevo más de treinta minutos en la misma posición, no se exactamente qué es lo que quiere conseguir teniéndome en esta posición. Los músculos me gritan que pare, mi corazón late desenfrenado a causa de los tantos ejercicios que me ha puesto. El sudor hace que la piel de mi frente se vea aperlada, sin contar las punzadas que me han estado dando justamente en el vientre llegando así hasta mis paredes vaginales, siento que el cualquier momento toda la matriz saldrá por allí.

Necesito un descanso, urgente. Volteo a ver a Lian está más pálido que yo ¿Le pasara algo? Por otro lado está Francia, ella está con una cara de aburrimiento pero con un brillo de preocupación en su rostro. Ambos están sentados en unas gradas y yo me encuentro en una cancha de baloncesto, en este momento apenas estábamos calentando los músculos, o bueno yo, el viejo Zu solamente está sentando tomando agua mientras grita que tengo que hacer y que no.

Y las voces de mi mente me dicen... Matalo.

Un suspiro de cansancio sale de mi boca cuando mi cuerpo completamente exhausto toca el suelo de manera brusca. Confío en que ya acabamos por hoy, respiro agitada cuando una nueva punzada, un poco más fuerte que las anteriores golpea en mi vientre haciendo que mis manos tomen mi parte adolorida tratando de hacer presión, unas cuantas lágrimas salen de mis ojos mientras trato de ponerme de pie. El viejo Zu, me ve algo asustado y camina hasta llegar a mi, se coloca de rodillas para mirarme.

—¿Que pasa? ¿Que tienes?

—Es difícil de explicar —con algo de difícultad me levanto, cuando estoy completamente de pie llega Lian corriendo, respirando agitado con los ojos casi salidos de órbitas.

—se que estás mal, déjame cargarte. — me toma de la cintura y me coloca en su hombro dejandome ver al un viejo Zu preocupado, murmuro un "estoy bien" no es su culpa, no sabía, es mi responsabilidad por no haberle dicho.

Suspiro mientras me escondo en el cuello de Lian, me siento sudada y sucia, trato de relajarme pero mientras más avanzamos más me desespero por estar lejos de él, no quiero contaminarlo con mi sudor.

—Lian bajame, estoy sudada.

—Lo sé, pero te duele, además a mí no me molesta, no hueles mal.

Mi entrecejo se baja notoriamente cuando Francia atrás me hace muecas raras mientras camina, observo su esculpido rostro y me doy cuenta de un rasguño que no tenía ayer, en la parte del cuello tiene moretones. ¿Que demonios estabas haciendo Francia?

—¿Por que tienes esos moretones en el cuello? —pregunto haciendo que el ambiente se torne algo tenso. La expresión de burla que antes tenía, ha sido cambiada por una sombría.

Balas y Rosas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora