Capítulo 15| Anestesia

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Desperté adolorida y sola en una habitación fría, solo quiero ir a casa con Lucien, esto no fue una buena idea que digamos

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Desperté adolorida y sola en una habitación fría, solo quiero ir a casa con Lucien, esto no fue una buena idea que digamos.

Pensé que ... pensé muchas cosas, y me equivoqué, al parecer mis sospechas eran ciertas, tengo que alejarme, son peligroso e inestables y yo soy su blanco.

Me levanté de la cama y me fui directamente al baño, con la ropa para irme de una a la universidad, son apenas las siete, la primera clase empieza a las nueve y por ser el primer día salíamos más tarde.

Terminé y así tenga que irme a pie hacia mi casa lo haría, estoy digamos que en el quinto coño del estado y no se cómo volver.

Bajo las escaleras y allí están ambos sentado en la mesa de la cocina.

—Buenos días corazón, ¿cómo dormiste? — Dime que estamos bromeando.

—Bien —respondo sentándome junto a Jezabel.

Cordelios no había dicho nada desde que llegué a la mesa, supongo yo que ha de estar arrepentido, sin embargo a juzgar por el poco tiempo que hemos convivido me he dado cuenta de que no expresa mucho que digamos.

—Dulcenia, nosotros... Es decir, estoy profundamente arrepentido por lo sucedido anoche, si existe algo en la faz de la tierra con el cual podría ganarme tu perdón, solo dímelo y yo te lo daré — Ok su respuesta hubiera sido menos tétrica si solo hubiese dicho "Lamento tanto lo de anoche, no volverá a pasar, ingresaré a terapia para canalizar mis ataques de ira" pero no todo lo que queremos lo tenemos.

—Está bien, no hay problema.

Ambos se miran sin decir nada, Jezabel mantiene el ceño fruncido mientras que Cordelios se limita a comer sin expresión.

Terminamos de comer y nos dirigimos a uno de los autos, mientras más rápido me vaya mejor.

•••

Ya casi vamos llegando a la universidad, se podría decir que el viaje fue algo incómodo, el silencio no es siempre malo pero en este caso es la excepción. Siento que la mano me late del dolor, voy a tratar de irme un momento a una clínica en donde si sepan que estén haciendo.

Llegamos y mis nervios están a flor de piel, emoción, nervios y un poco de miedo, espero que me vaya bien... Bueno, me tiene que ir bien sino no podré seguir estudiando.

—¿Estás nerviosa? —Pregunta Cordelios caminando hacia mi lado.

— No, bueno si.

Balas y Rosas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora