Cuando SeHun volvió de enseñar la obra a los gemelos Sungmin y Kwangmin, descubrió que la cocina de la casa estaba hecha un completo desastre. Había restos de mantequilla en la encimera, síntoma inequívoco de que los chicos se habían preparado unos sándwiches, un rastro de leche que iba desde el frigorífico hasta la mesa y pedazos de verdura pegados en la pared.
Era evidente que JunMyeon no había llegado todavía. Y SeHun se alegró de no haberlo esperado, porque había considerado la posibilidad de llevarlo también a la obra con los chicos, para así presentárselos a todos sus trabajadores. Pero Sungmin y Kwangmin habían insistido en salir cuanto antes y SeHun no tuvo más remedio que ceder o los gemelos iniciarían una escena de pataletas.
SeHun ya estaba limpiando la encimera cuando Vernon apareció.
—Lo iba a limpiar yo. —dijo a la defensiva.
—No te preocupes Vernon. Pero ¿por qué no limpias la leche del suelo y las verduras de la pared? —ofreció SeHun—. Si la pisa alguien, se podría resbalar...
–Si tienes tantas ganas de limpiar la cocina, hazlo tú.
Vernon salió de la cocina y pegó un portazo que acabó con la paciencia de SeHun. Rápidamente, lo siguió al porche y exclamó:
—¡Vuelve ahora mismo, Vernon! —grito SeHun detrás del chico.
Vernon se dio la vuelta, se acercó a SeHun y lo miró a los ojos con ira. SeHun pensó que Vernon era muy valiente, aunque su actitud dejara mucho que desear. No le llegaba ni a los hombros, pero se enfrentaba a él sin miedo.
—¿Y qué vas a hacer si me niego? —bramó el joven—. ¿pegarme?
—No querrás que conteste a esa pregunta, ¿verdad? —replicó SeHun, muy serio—. Vuelve dentro, limpia la leche y márchate a tu habitación. Y, entre tanto, reflexiona un poco sobre tus modales. —ordenó—. Porque si faltas al respeto a tu madre JunMyeon como me has faltado a mí, te aseguro que te voy a dar una buena lección.
—Ni siquiera eres mi padre... —replico Vernon—. Haznos un favor a todos: márchate a Seúl y déjanos en paz no te necesitamos.
A pesar de sus palabras, Vernon regresó a la cocina, limpió la leche del suelo, saco las verduras de la pared y se fue a su habitación. Cuando se quedó a solas, SeHun se preparó un sándwich, abrió una cerveza y se sentó a esperar a JunMyeon, aunque sin dejar de dar vueltas a lo sucedido.
Vernon era un adolescente problemático. Pero empezaba a creer que no estaba tan necesitado de disciplina porque demostró hacer lo que le pidiesen así no estuviera de acuerdo, pero necesitaba algo que le diera seguridad y confianza en sí mismo para poder abrirse a los demás y no solo a JunMyeon. SeHun que hablaría con vernon y le ofrecería la posibilidad de trabajar en la obra por la tarde, cuando saliera de clase. Un poco de esfuerzo y de dinero en los bolsillos podía hacer maravillas. Luego, se lo comentaría a JunMyeon. Y si a JunMyeon le parecía bien, le buscaría el empleo. JunMyeon estaría feliz con su propuesta eso era un echo, amaba mucho a esos seis chicos.
Al pensar en JunMyeon, le pareció curioso que ahora ardiera en deseos de charlar con alguien. Nunca había sentido ningún placer especial por el hecho de volver a casa después del trabajo. Sin embargo, eso había cambiado. Desde que vivía con JunMyeon y los niños, contaba los minutos que faltaban para salir de la oficina y pasar momentos juntos, reírse con sus ocurrencias o simplemente hablar sobre cualquier cosa. En parte, porque siempre tenían algo interesante que decir; y, en parte, porque cada día le gustaba más el ambiente familiar que habían creado.
Y también porque encontraba muy atractivo al momento de estar con JunMyeon a solas, durante el partido de fútbol, no había hecho otra cosa que imaginar el calor de su piel y el contacto de sus labios. Y luego, cuando se dieron las buenas noches luego de comer, reírse y pelear con los niños para que se fueran a dormir, tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para limitarse a darle un beso en la frente y no asaltar su boca con pasión.
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Seis niños y medio~SEHO
FanfictionKim JunMyeon podría ser catalogado como un ángel, no solo por tener una hermosa cara sino también por su enorme bondad. Pues, cada que un niño necesitaba un hogar JunMyeon estaba más que dispuesto a dárselo. Junmyeon nunca se había negado a darle am...