VEINTISEIS

1.6K 159 2
                                    



Especial Chris x Felix

¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición! De pie en el escenario, Felix frunció el ceño. Debería haber sido más rápido. El Ejecutor le había disparado dos veces, y Mitchell la había atrapado en una ocasión. Dos hombres. La emoción lo hizo temblar, pero también estaba preocupado. A Chris ni siquiera le gustaba, ¿por qué me ha disparado?

Como si lo hubiera convocado con sus pensamientos, el muy bastardo se acercó a él.

—Ha llegado tu hora —inclinó la cabeza a un lado, estudiando su cara por un terrible momento que hizo que él joven se estremeciera—. Eres realmente precioso.

¿Un cumplido?

Antes de que pudiera reponerse de la sorpresa, Chris tiró de su cabello.

—Ven.

Felix trató de arrastrar sus pies, pero Chris tiró de él al otro lado del escenario como lo haría con un perro indisciplinado.

Cuando se detuvo cerca de un vibrador erguido, Felix se tensó.

—No vas a ponerme sobre esa cosa.

En respuesta, Chris sacó un paquete del bolsillo, lo abrió con los dientes y puso el lubricante sobre el condón que cubría el vibrador grande con forma de polla.

—Lo pondré en tu culo.

Lo miró horrorizado.

—Pienso follar este culo esta noche. Así que estaría bien empezar a estirarte un poco —la racionalidad de su respuesta quedó eclipsada por la expresión firme y ardiente que brillaba en sus ojos. Pensaba tomarlo esa noche, y Chris no era conocido por tener cuidado al hacerlo.

Felix tembló cuando una ráfaga de emoción chisporroteó a lo largo de sus nervios como un relámpago de verano.

—Yo no estoy a tu altura, ¿recuerdas?

—No voy a azotarte, Felix —puso la mano en su cabello y lo acarició con suavidad, acercándose lo suficiente a él como para que su polla lo rozara. Luego se inclinó y le susurró al oído—: Pero sí voy a follarte durante mucho, mucho tiempo, y seré rudo.

Las entrañas del joven se fundieron como mantequilla bajo un sol de verano.

Justo entonces, Mitchell caminó hacia ellos. Con un agarre firme sobre el tobillo de Felix, le levantó la pierna sobre el tronco para que quedara a horcajadas sobre él.

—Me parecía lo más correcto —el Ejecutor le hizo un gesto a Felix.

—No —sus rodillas temblaron.

—¡Oh, sí! Definitivamente sí —Chris lo rodeó con los brazos—. Sujétate a mí, y te ayudaremos. Mitchell, ábrelo.

Las manos del joven se cerraron en los gruesos antebrazos cubiertos por vello de color claro que contrastaba con la piel de Chris. Clavó las uñas en aquellos músculos de hierro al sentir que Mitchell le separaba las nalgas y la excitación empezó a acallar su reticencia. Dos hombres lo estaban tocando.

Cuando dobló las rodillas, la punta del vibrador entró en su agujero y encontró resistencia. Demasiado grande. Trató de levantarse.

—Respira, pequeño. Puedes ir tan despacio como quieras... siempre que continúes —Chris lo sujetaba con fuerza. Bajo los focos, sus ojos parecían de color acero y era evidente que brillaban con diversión—. No trates de decirme que no estás tan excitado.

Lo estaba, maldita sea. Cuando relajó las rodillas otra vez, la punta empujó hacia dentro y lo quemó y estiró a pesar de estar resbaladizo.

—Aaagg...

Más profundo.

Cuando el vibrador estuvo completamente dentro, apenas podía respirar y su pobre trasero latía quejándose.

Chris le levantó la barbilla.

—¿Duele, pequeño? —susurró.

Felix asintió con la cabeza.

—Bien. ¿El dolor te excita? —lo acarició suavemente, y dulces escalofríos subieron por su espalda ante la intensa expresión en sus ojos—. No mientas, Felix. Lo sabré.

Él ya sabía la respuesta. Estaba más excitado de lo que alguna vez creyó que fuera posible.

—Sí.

—Está bien oírlo —todavía sobre una rodilla, Mitchell se rió entre dientes y le apretó las nalgas.

—Me gusta esa respuesta —Chris le pellizcó un pezón, sólo lo suficiente para que el ligero dolor se uniera al de su culo y el calor y la necesidad crepitaran dentro de él—. Vas a someterte a nosotros, Felix. A los dos a la vez —murmuró—. Mi polla estirará ese tierno y pequeño culo aún más, y disfrutaré cada minuto.





SÍ, MI SEÑOR ❱ soojun/ʸᵉᵒⁿᵇⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora