VEINTISIETE

1.6K 192 15
                                    



Yeonjun miró con la boca abierta a Soobin cuando vio que se acercaba con un balde de agua, un bote con un spray y una esponja.

—¿Qué estás haciendo?

—Limpiarte —le dio una botella de agua que llevaba sujeta con el cinturón—. Bebe esto mientras quito toda la pintura —después de rociarlo con jabón de lavanda, lo enjuagó frotando lo suficientemente duro sobre su pecho para que se retorciera sobre el vibrador.

—Veo que te saliste del camino —comentó Soobin en tono severo, girando la pierna que se había arañado hacia la luz.

Yeonjun se quedó paralizado. Estaba enfadado. ¿Iba a gritarle? ¿Ahora?

—No dijeron que no podíamos —se defendió.

—Relájate, mascota —lo tranquilizó—. Es sólo que no me gusta verte herido. No había ninguna regla de quedarte en las zonas despejadas.

¡Oh! Le limpió los rasguños cuidadosamente y consiguió una venda que le dio Jisung para su pierna. Se sintió... cuidado. ¿Cómo podía él acabar con su miedo con tanta facilidad y convertirlo en... ternura? Bebió un poco de agua y se dio cuenta de que Kai se disponía a anunciar a los ganadores.

Dos Amos ganaron por su pintura creativa y eligieron juguetes de una canasta de premios. El Dom que había tardado menos en matar a su sumisa también consiguió un premio. Cuando el nombre del primer sumiso que lanzó una pelota a la piscina fue anunciado, él joven bailó con gracia en el escenario y seleccionó un anillo vibrador para la polla de su Amo.

Solamente cinco sumisos habían conseguido ganar, y se regodearon abiertamente cuando escogieron sus premios de las tarjetas que sus Amos les ofrecieron. Los Doms derrotados aceptaron las burlas de los otros Amos con deportividad.

Yeonjun los observó con atención. Aquello era casi igual que un partido familiar, todos involucrados pero sin presión. El...

Un pellizco en uno de sus pezones lo devolvió a la realidad.

—Esa cabeza tuya rara vez descansa, ¿verdad? —Soobin se giró cuando Kai anunció su nombre.

Aparentemente a los jueces les había gustado el diseño que Soobin había dibujado sobre su sumiso, y que hubiera acertado todas las dianas.

Jisung caminó con la canasta de premios, usando solo un brazo para sujetarla.

Después de tomar la canasta de Jisung, Soobin se tomó su tiempo revisando el contenido. Yeonjun contuvo la respiración aterrado al ver un vibrador enorme. No, no, no, pensó cuando vio las afiladas abrazaderas de pezón, y se encogió ante la mordaza con la bola. Finalmente Soobin se metió algo en el bolsillo antes de que Yeonjun pudiera verlo y cogió un paquete de lubricante.

Vaya, eso no parecía bueno.



SÍ, MI SEÑOR ❱ soojun/ʸᵉᵒⁿᵇⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora