002

1.1K 79 51
                                    

Despertó con un dolor de cabeza insoportable, soltó un quejido antes de tomar su cabeza con su mano derecha

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Despertó con un dolor de cabeza insoportable, soltó un quejido antes de tomar su cabeza con su mano derecha. Estaba demasiado cansada, sobraban las ganas de quedarse recostada ahí. Eso hasta que escuchó a alguien hablar.

—Oh, estás viva, por poco y te dejábamos aquí...

Miró a Jessie con el ceño fruncido. No estaba de humor, de hecho, nunca estaba de humor.

—No le creas, no te íbamos a dejar aquí... — intervino James, claramente fastidiado.

Al parecer, Jessie había hecho esos comentarios de dejarla ahí abandonada desde hace un buen rato.

—Como sea...

Entrecerró los ojos, aún acostumbrándose a la brillante luz del sol.

—¿Estás bien? — preguntó el felino, curioso.

Para ese punto de la conversación, hubiera contestado que la dejaran en paz de una buena vez, pero Meowth era tan adorable que obviamente no le iba a decir nada.

—Estoy bien, no te preocupes...

Sonó más cortante de lo que quería, pero de verdad tenía un dolor de cabeza horripilante.

—¿Te duele la cabeza...? — cuestionó el peli-lavanda, dudoso.

—Un poco, sí...

—Tengo algo en mi mochila, espera...

Fue hacia su mochila, sacó una pequeña caja y se la entregó.

—Gracias, de verdad... — era una caja de pastillas, al parecer de paracetamol. Sacó la cajetilla y sostuvo la pastilla en su mano, con ayuda de su botella de agua se la pasó con éxito. — Bueno, ya hay que seguir...

Se puso de pie, colgándose la mochila en su hombro. Le dolían las piernas, debía de ser por el impacto luego de haber sido enviados a volar por ese Pikachu.

¿Cómo es que seguían vivos? Gran pregunta.

Caminaron y caminaron por mucho tiempo. Nada, absolutamente nada. Se detuvieron a descansar en un árbol, cada uno de un lado. Estaba hundida en sus pensamientos, hasta que James volvió a hablar.

—Tengo hambre...

—Yo igual... — respondieron Jessie y Meowth al unísono, en un gemido lastimero.

No iba a comentar nada, hasta que su panza habló por ella. Un sonrojo leve se presentó en su rostro. ¿Por qué a ella? James soltó una risa leve, nuevamente rebuscó en su mochila. Pero esa sonrisa desapareció en cuestión de segundos.

No tenemos comida. — informó.

Jessie y Meowth se helaron, literalmente. Ella solo rodó los ojos con cansancio. Por supuesto que Giovanni no les dio comida para alimentarse en esos días, o al menos dinero. Era de esperarse.

✓ STAY WITH ME, james.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora