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Aquellos últimos días habían estado más unidos de lo normal, abrazándose y besándose cada que podían, ya que siempre estaban rodeados por sus compañeros

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Aquellos últimos días habían estado más unidos de lo normal, abrazándose y besándose cada que podían, ya que siempre estaban rodeados por sus compañeros... o por Mareanie, quien estallaba en celos cada que los veía siquiera rozarse.

Después de tanto tiempo de relación (no tanto, en realidad) habían experimentado los besos húmedos. Había sido una experiencia casi celestial que se sintió levitar en el mismísimo cielo, siendo que James apretaba más su cintura conforme se intensificaba.

Pues bien, aquel día Jessie, Meowth, e incluso Bewear y Mareanie se habían ido. Ya habían comenzado a construir su nuevo cuartel, haciendo una planta de tecnología avanzada por encima de la cueva, para no seguir durmiendo en esa incómoda pila de hojas secas e incordiando al Pokémon gigante. Ya tenían camas y una enorme pantalla para poder responder las llamadas de su jefe. Primero lo tomaron como una oportunidad para estar juntos y simplemente hacerse mimos, siendo que no habían tenido tiempo, luego se convirtió en algo más íntimo.

Había un contraste con la piel de James y la suya. Él estaba fresco como lechuga, mientras que ella estaba sonrojada por el bochorno de los besos. Sentía un estremecimiento en su vientre. Era tan nuevo y aterrador pero a la vez le instaba a que explorara más esa nueva sensación.

El peli-lavanda se encontraba encima suyo, tomando sus mejillas. Besaba su barbilla, bajando de forma casi imperceptible. Suspiraba por el roce húmedo de sus labios, que hacían todavía más fuerte aquel sentimiento.

Había oído de eso. Era muy normal en la adolescencia, el libido se encontraba alto debido a estar todavía en desarrollo, pero no tanto en la adultez. Ella ya era mayor de edad, se había perdido esa etapa de su vida gracias a sus errores. Pero lo estaba sintiendo en ese momento. Se encontraba excitada por lo que James estaba causando en su interior.

—James... — lo llamó en un susurro.

—¿Pasa algo? Tu piel está muy caliente... ¿tienes fiebre? ¿Te sientes bien?

Puso su mano sobre su frente, confirmando lo que había dicho. El toque de su mano descubierta la hizo estremecer una vez más. Parecían encajar como piezas de rompecabezas.

Se sentía más que bien, y quería que James también se sintiera así. Era tan increíble, que no podía ser egoísta y privarlo de ello.

—Me estoy sintiendo rara... ¿tú no?

—Un poco. Nunca lo había sentido.

Se sintió extrañamente complacida al saber que también era su primera vez. Quería ser sus primeras veces en absolutamente todo, y aquel era el comienzo.

—Quiero besarte... besarte bastante. — admitió con vergüenza, evitando su mirada por lo honesta que estaba siendo. Parecía que la calentura que afectaba su cuerpo la estaba controlando, siendo que nunca diría algo como eso. Pero la verdad es que decirle lo que estaba sintiendo tan solo aumentaba ese vorágine de sentires. — Creo que incluso quiero... ya sabes.

✓ STAY WITH ME, james.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora