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Ahora Ash estaba en la final

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Ahora Ash estaba en la final. Sinceramente no creyó que llegara tan lejos. Iba a competir con ese niño llamado Ritchie, el cual también tenía un Pikachu. El husmeo era bueno —a veces.—, después de todo.

—Igual, tienes mucha suerte de competir contra un amigo. Si llegas a perder, aún puedes estar feliz porque tu amigo lo ganó, eso lo hace muy lindo. — aconsejó la Enfermera Joy mientras le entregaba sus Pokémon ya curados, antes del gran duelo.

Esas palabras le hicieron pensar un poco.

—Siempre hubo algo que evitaba que tuviera amigos cuando era niña.

—¿Qué era? — se atrevió a cuestionar, mirándola.

James soltó una risita. — De seguro porque te olía la boca.

—Ajá, debe haber sido por... — cuando su cerebro procesó sus palabras, le dio un fuerte zape en la nuca, producto de la furia. James se quejó haciendo una cara chistosa. Instintivamente arrugó la cara. — Pero sé cómo la amistad de esos tontos nos puede ayudar.

—¿Cómo? — se cruzó de brazos, apoyando todo el peso de su cuerpo en su pie derecho.

—Ya verán.

¡Finalmente, era el día! En el que usarían de esos falsificadores de voz artificiales

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¡Finalmente, era el día! En el que usarían de esos falsificadores de voz artificiales. Eran una herramienta que nunca había usado y que realmente no eran muy difíciles de usar, aparentemente.

—Oye, eso...

—¡Ahora te lo paso, sabandija grosera! — ladró la voz ya no tan femenina que estaba en la otra línea, y el gruñido de indignación que soltó después.

Temió un poco por su vida en ese momento.

—¡Hola Ash! Soy tu amigo Ritchie, necesito decirte algo acerca de Pikachu, ¿puedes salir a hablar por un minuto?

Escuchó su voz rara en la cabina telefónica, como si estuviera hablando bajo una almohada. De ese lado solo oía a Jessie hablar, pero seguramente se escuchaba como el castaño de gorra para los que estaban en el teléfono.

—¿Funcionará?

—Eso espero. No, no espero. Debe.

Escuchó el tintineo del teléfono siendo colgado, por lo que dejó de hablar y se hizo a un lado.

—Ya está, solo queda ir para allá. — declaró mientras salía, ambos le siguieron, con Meowth en la cabeza del peli-lavanda.

—¿En serio era necesario hablarle así a Misty?

Jessie se encogió de hombros. — Era algo que quería hacer.

El plan estaba saliendo mejor de lo que creía

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El plan estaba saliendo mejor de lo que creía. Ash y Pikachu atrapados bajo esa red, sin rastro de Misty y Brock, pareciendo que tenían todas las de ganar, ¡como eso no podía ser bueno!

—Bueno, ese artilugio tuyo funcionó a la perfección.

—Funcionó a la perfección porque yo soy perfecta, y porque tratamos con un mocoso de segunda.

—Si él es el de segunda y siempre nos gana, y nosotros siempre perdemos, ¿cómo es que...?

—¡Que nadie te oiga decir eso! — regañaron al unísono, inquietos por sus palabras.

—¡No tengo tiempo para esto, tengo que ir a mi duelo de la Liga Pokémon!

—Ah, sí, acerca de eso, te tengo malas noticias...

Después de varios pataleos y su cuerpo retorciéndose (bendita paciencia), los echaron a ambos al interior del camión para llevárselos.

—¡Un consejo! Búscate otra profesión. — sugirió con algo de burla cerrando la puerta del vehículo con brusquedad, como si no acabaran de básicamente secuestrar a un niño. Tampoco es que le remordiera mucho la conciencia. Nuevamente se montó adentro del automóvil, agitó un poco la cabeza para retirar los cabellos que le estorbaban la cara. — Ya vámonos.

James asintió, mirando por unos pocos segundos como ella se ponía el cinturón y una vez más al ser el conductor, lo echó a andar.

Suspiró con impaciencia después de unos minutos, mirando por la ventana. No supo en ese momento si fue una ilusión o algo así pero empezó a sentir sus pies húmedos. Pudo ser los nervios.

Cuando fueron los tobillos, aún pudieron haber sido los nervios.

Cuando fueron sus muslos ya no fueron los nervios. Se aventuró a bajar la mirada y encontrarse con que había agua. Las exclamaciones y chillidos de sus compañeros terminaron por confirmárselo.

¿Cómo?

Bueno, como el tonto no dejaba de caminar ideas, había hecho que su Squirtle usara su Chorro de Agua. Y terminó por inundar el camión entero.

Llorando internamente.

—¡Meowth, quítate! ¡No puedo ver!

Su voz se escuchaba ahogada por el cuerpo del felino aferrándose a su cara, intentando a toda costa mantenerse seco. Nuevamente, y tan inesperado como una derrota suya (sarcasmo), terminaron chocando una vez más, contra un muro a un lado del camino. El dolor muscular y los quejidos de parte de básicamente todos no se hicieron esperar.

¿Por qué eso seguía pasando?

Ash se escapó junto con Pikachu, muy rápidamente para poder llegar al duelo, y ya no pudieron seguirle el rastro. Eran muy resistentes, pero tampoco inmortales. Al menos no completamente.

✓ STAY WITH ME, james.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora