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El calor del sol era completamente infernal

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El calor del sol era completamente infernal. No era una exageración, literalmente estaba sufriendo. Era humanamente imposible que estuvieran a 34 grados.

Intentaba no ponerle mucha atención al clima y tan solo se dedicó a alzar la Pokéball y devolver a su Oddish a su cálido refugio. Tenía la mirada baja, su cabello le tapaba la cara y le hacía mucha sombra.

Parecía que estaba a punto de llorar, pero en vez de eso... se dedicó a recriminarle su amigo.

—¡No es justo, tú siempre ganas! — reprochó molesta.

Sus mejillas se inflaron y sus cejas se fruncieron, haciendo un tierno berrinche. El joven peli-negro de cabello algo largo, delgado, piel pálida y ojos oscuros que estaba frente suyo sonrió suavemente.

—Lo siento — se disculpó algo nervioso, rascando su nuca. —, ¡pero sé que algún día ganarás, ya verás! — animó, aunque internamente fuera lo que menos quería.

—Trataré... ¡y lo haré! — decretó la niña de diez años determinante. Sus ojitos desprendían un brillo diferente al usual.

—¡Esa es la actitud, ____! Ven, vamos a casa.

Empezó a caminar con toda la calma del mundo mientras pasaba sus brazos por detrás de su cabeza, como si sus madres no fueran a asesinarlos al llegar por lo tarde que era.

Ella asintió, empezando a seguirlo. — Vamos, Chase.

Chase, su mejor y único amigo de la infancia. Se conocieron por una «pequeña» incidencia, de la cual ____ fue víctima. Básicamente, unos niños malos la ataron a un árbol solo por molestar. Por una bella casualidad, Chase iba pasando por ahí y lo vio. Él la salvó, por lo que siempre le estaría agradecida.

Aunque ya se había liberado desde hace un buen rato con un cúter que traía. Solo estaba esperando el momento perfecto para que los bravucones se descuidaran y ella los hiciera comer polvo.

Casi al mismo tiempo en el que se conocieron, habían empezado a prepararse para ir en su viaje para convertirse en entrenadores. Justo ese día fue el último y más importante entrenamiento entre ellos antes de irse de su pueblo natal en busca de lograr sus sueños.

Al llegar a casa, su madre, Madeline, le sirvió de comer después de una buena reprimenda. Ella era una mujer muy linda, le parecía linda, en todos los sentidos posibles. Al terminar ____ subió para bañarse y quitar ese asqueroso olor a sudor que se le impregnó debido al duro entrenamiento de ese día.

Estaba completamente emocionada. En una semana partiría y empezaría su viaje para convertirse en una entrenadora Pokémon. Tal vez no la mejor, pero quería ser reconocida.

Tal vez fue la última vez que estuvo verdaderamente feliz.

Tal vez fue la última vez que estuvo verdaderamente feliz

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✓ STAY WITH ME, james.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora