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Tenía miedo de abrir completamente su corazón

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Tenía miedo de abrir completamente su corazón. De que al entregárselo a esa persona lo destruyera, lo hiciera añicos sin una pizca de remordimiento. Por eso nunca había querido de manera romántica a nadie, o se había instado a no hacerlo.

Quería a sus compañeros, pero no estaba preparada para abrírselos.

O más bien, no estaba segura de abrírselo a James.

Era difícil de explicar, pero se había colado en su frío corazón de una manera más personal que los otros dos. Él fue el que siempre estuvo ahí, él fue el que la halagó de formas muy distintas a las normales, él fue el que desde el principio le tendió la mano cuando lo necesitó.

¿Tal vez le gustaba?

James ya le había hecho un par de comentarios coquetos. Y ella los había ignorado por no querer admitir que algo estaba pasando entre ambos. No era tonta, tan solo se hacía.

Y le había dado un beso en la mejilla. Se había sentido tan puro y casto, que le pareció la más linda sensación aquel hormigueo en su vientre y la calidez de sus mejillas. Y James no había protestado tampoco.

No quería dar cosas por sentado todavía. Por el momento, solamente estaba concentrada en su madre. No tenía cabeza para pensar en esas cosas.

Y tampoco quería pensar en que pronto tendrían que continuar con su misión. Que tendría que volver a dejarla atrás y no sabía cómo eso la afectaría. Se planteó seriamente dejar el Team Rocket, pero terminó por desechar la idea. ¿Qué haría el resto de su vida?

Abrió lentamente los ojos, teniendo frente a frente a James, quien tenía una gota de saliva goteando de sus comisuras. Por ratos roncaba, lo que la hacía sonreír. James era muy lindo.

Y sí, lo admitía. Posiblemente le gustaba.

Tenerlo tan cerca hacía que su corazón bombeara desbocado de su pecho. Quería encontrarlo en una multitud solo para terminar escondiéndose de él. Sus ojos esmeraldas parecían un par de orbes de los dioses. En ese momento, no tenía preocupación alguna, tan solo estaban ellos dos.

Y posiblemente también podría llegar a gustarle a James. Era muy lindo con ella, aunque no necesariamente significaba que le atrajera. Sentía que las cosas empezarían a mejorar desde ese momento.

James abrió los ojos en un aleteo, encontrándose con la chica mirándolo. Nuevamente posó sus manos en sus mejillas, acuñándolas. Le gustaba cuando al sonreír se le remarcaban los hoyuelos.

—Buenos días. — susurró.

Con el dedo índice le indicó la comisura de sus labios. James, confundido, se llevó la mano hacia la cara, dándose cuenta de que había babeado mientras estaba dormido. Se limpió el rastro de saliva, avergonzado.

—Buenos días, pelos de escoba.

Soltó una risa suave. Ambos se dispusieron a levantarse, saliendo de puntillas de la habitación para no despertar a sus compañeros. Se dirigió a la cocina, buscando preparar algo de café. James se sentó en la silla de la mesa del comedor, bostezando.

—Hace mucho no dormía tan bien...

—Ni yo, la verdad. Han pasado décadas de la última vez.

—Por cierto, ¿cuándo nos iremos...? — detuvo sus movimientos al escucharlo. Nuevamente volvían a ella los remordimientos de la noche anterior. Los reanudó poco después, disponiéndose a calentar el agua. — No es que tenga prisa, pero Jessie ya está bastante exasperada.

—Hoy. — respondió. — No quiero molestar más a mi mamá. Tenemos que seguir con nuestro objetivo de atrapar a Pikachu, ¿o no?

Asintió en un zumbido. — Exactamente.

—Hoy todo volverá a ser como antes.

Había añorado volver en el tiempo por un momento, pero no podían seguir retrasándose así. Tenía que regresar al presente, a su presente.

Y aunque temió que su madre no lo entendiera, lo hizo. La abrazó por un largo tiempo, pero terminó por dejarla ir nuevamente, con la promesa de que volvería muy pronto. Y lo haría, aunque significara dejar el Team Rocket en el proceso. James tomó su mano para darle el valor de continuar.

✓ STAY WITH ME, james.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora