003

760 73 35
                                    

Intentaba que la pala que tenía en sus manos cavara correctamente en la tierra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Intentaba que la pala que tenía en sus manos cavara correctamente en la tierra. Al final sí usaron la idea de Jessie e iban a cavar un hoyo para robar a Pikachu. Tenía suerte de haber hecho ejercicios de brazo durante los entrenamientos, sus brazos flacuchos sin ejercicio alguno no le estarían siendo de ayuda ahora. Según ella, era la más atlética del equipo, por lo que tenía la suficiente fuerza. Aunque eso ya dependía de lo que estuviera haciendo.

Meowth y ella se encontraban cavando un pozo, mientras que «Niño 1» y «Niña 2», como ____ los llamaba cuando no se daban cuenta, recitaban su lema. ¿Por qué debían tener uno de todos modos? Quién sabe.

—¡Para proteger al mundo de la devastación!

—¡Para unir a los pueblos dentro de nuestra nación!

—¡Para denunciar los males de la verdad y el amor, para extender nuestro reino hasta las estrellas!

—¡Jessie!

—¡James!

Meowth dio un palazo en la tierra molesto, ____ lo miró confundida sin dejar de hacer su trabajo.

—¡No sé porque ustedes siempre están hablando y ____ y yo haciendo todo el trabajo!

Eso era verdad, ellos siempre perdían el tiempo y Meowth y ella haciendo todo. Era molesto.

—No tenemos mucho tiempo, si se dirigen a Ciudad Plateada, tendrán que pasar por aquí. — dijo Jessie ignorando lo que Meowth dijo antes.

—¡Y caerán en nuestra grandiosa trampa!

____ lo miró incrédula.

—Sí, dilo hasta que lo creas... — susurró antes de dar un fuerte palazo en la tierra, liberando tensión.

Finalmente empezaron a ayudarles a cavar, por primera vez en su vida, y tal vez única. Al tener un hoyo suficientemente profundo como para que no pudieran salir, pusieron unas ramas, hojas y tierra para maquillar el piso. Se veía realmente bien.

—¡Esto es perfecto!

—¡No sé en donde quedó nuestra trampa! — exclamaron James nervioso, empezaron a mirar por todos lados. No lograban verla.

—Ok, todo está bien. Mientras no pisemos el camino...

Y justo cuando lo dijo, pisaron el jodido camino y cayeron en el agujero, arrastrándola con ellos a pesar de no haber hecho lo contrario a lo que dijo. Jessie cayó encima de Meowth y ____ encima de James mientras que la tierra se respiraba en el aire. A pesar de que el cuerpo del joven amortiguó el golpe, no le quitaba lo aterrador que había sido.

Eso comenzaba a ponerse demasiado absurdo. Tosió fuertemente por la tierra en el aire, no podía respirar bien. Pudo notar un sonrojo en el rostro de James, a la vez que sentía esa calidez en su rostro nuevamente.

«Pobre Meowth», fue lo único que pensó, debido a que el Pokémon intentaba desesperadamente de salir de debajo de Jessie por el peso. Intentó levantarse, sin éxito alguno. Cabía mencionar que el espacio era pequeño, pues seguía cayendo encima del peli-lavanda.

—¿Puedes parar, por favor? — pidió adolorido, ella lo obedeció a regañadientes y solamente se quedó quieta.

Era incómodo para ella estar encima de él. Ahora, ¿estar así por horas? Hacía mucho calor y estar cuerpo con cuerpo mientras sudaban no era lo mejor.

Sintió que unos brazos rodearon su cintura, miró hacia arriba y vio a James sonreírle levemente. Efectivamente, la estaba abrazando. No sabía cómo reaccionar ante sus brazos aprisionándola con suavidad, o si preguntarle si había perdido la cabeza.

—¡Son novios!

Jessie y Meowth los miraban con picardía, para ese punto Meowth ya había logrado salir de debajo de la peli-magneta.

De inmediato se libró del agarre de James con un notorio sonrojo.

—Claro que no... — farfulló en un intento de sentarse lejos del trío, cosa que logró a duras penas.

—¡Claro que sí! — insistió Jessie.

Decidió no responder, ya que sabía que no se iban a rendir. Ni siquiera sabía cómo los habían visto, había demasiada tierra en el aire como para ver algo. James nunca habló durante las osadas acusaciones, simplemente se quedó con silencio, con un rubor en su rostro.

Para ese punto, ya ni siquiera sabía cuanto tiempo había pasado. Literalmente habían caído en su propia trampa, era humillante la simple idea de que Giovanni podría enterarse de eso y quedara decepcionado, le carcomía la conciencia. Pero no era momento de lamentarse.

—Oye, Jessie...

—¿Qué pasa? — respondió mientras la miraba, curiosa.

—Recuerdas esa... cosa... — dijo chasqueando los dedos, intentando recordar. — Ese taladro que inventaron hace unas semanas...

—¡Oh, sí! ¿Qué con eso?

—¡Podemos usar eso para salir! — les dijo sonriendo. Pudo ver como los ojos del trío se iluminaron debido a la grandiosa idea.

—¡Sí!

Jessie sacó ese taladro y lo apuntó hacia un costado, la idea era simple, hacer un mini túnel para luego apuntar hacia arriba, igual no es como que el agujero fuera tan profundo. Después de unos minutos de estar tratando, lograron salir.

—¡Te dije que esto ayudaría! — exclamó al fin respirando aire fresco, estaba feliz. El estar sudada y recibir aire frío de pronto era literalmente la gloria.

Pero por pura casualidad, los tontos aparecieron y les pisaron la cabeza, dejó escapar un quejido. Notó que había uno más, un chico como de su edad. Lo reconoció al instante. Era Brock, el líder de gimnasio de Ciudad Plateada.

Hacía años que no lo veía. Pero en fin, genial, ahora eran tres.

—¡Entonces esto es tu culpa!

—¡No es mi culpa que ellos no nos vieran!

Nada, eso era lo que se escuchaba, más el ruido del viento de la noche meciendo los árboles.

—Sepultados vivos, luego pisoteados... — guardó silencio por un momento. — ¡Hemos tocado fondo!

—¡Literalmente!

✓ STAY WITH ME, james.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora