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Al salir del avión y subir la mirada, se topó con un cielo azul despejado y el sol que le pegó directamente

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Al salir del avión y subir la mirada, se topó con un cielo azul despejado y el sol que le pegó directamente. Antes solía dañarle por ser demasiado brillante, ahora disfrutaba de su calidez. Era capaz de oler lo salobre del mar desde donde se encontraban. De sentir la arena entre sus dedos de los pies.

—¡Por fin! La región Alola...

—Esta gran y distante tierra nos brinda un nuevo comienzo para nuestros cuerpos y nuestras mentes...

—¡Sí, vamos a hacerlo por el mejor jefe en la tierra de los jefes de jefes!

Lo recordaba. Giovanni los había vuelto a llamar y les ordenó que viajaran a Alola, un archipiélago compuesto por cuatro islas naturales: Melemele, Akala, Ula-Ula, y Poni. Un destino turístico bastante popular en el mundo que atrae a muchos visitantes. La región contaba con variantes de Pokémon ya conocidos. Por eso los había enviado para allá.

—Atrapar Pokémon...

—...y conquistar Alola. — completó por el otro, esbozando sonrisas malvadas.

Tenía un buen presentimiento acerca de esa nueva región. Todo se sentía tan nuevo, los Pokémon se veían felices, se les habían abierto nuevas posibilidades para atrapar a Pikachu, que parecían tener un buen futuro. Todo estaba bien.

James pasó un brazo sobre sus hombros, apegándola a él. Aprovechó la cercanía para besar su mejilla cariñosamente. Rió suavemente por el gesto.

—No están en su luna de miel, tórtolos. — les recordó Meowth, irritado. — Que desprendan tanto amor es casi asqueroso.

—Cállate, Meowth. Al menos James tiene novia, sorprendentemente...

Jessie susurró lo último, mofándose del peli-lavanda.

Bajaron las escaleras, y casi justo después de salir del aeropuerto, se dirigieron al bosque más cercano en busca de Pokémon. Se habían cambiado nuevamente a su uniforme blanco. Los árboles eran tan frondosos que la luz del sol no lograba sobrepasar el follaje, el pastizal también era difícil de evitar. Pero lo que la había cautivado era el silente alrededor.

—Atrapemos al primer Pokémon que veamos. — comenzó ____.

—Ay, sí, tú... pero eso significa que Wobbuffet y yo tendremos que hacer el trabajo sucio.

—No hay alternativa, dejamos al resto de nuestros Pokémon en los cuarteles del Team Rocket, ¡y lo sabes! Aún así, se siente raro aquí...

—¿Tú crees? — James la miró.

—Sí, parece que un monstruo puede saltar en cualquier momento...

Como si se hubiera esperado a que pronunciara esas palabras, de la hierba alta emergió un Mimikyu, un Pokémon que usaba un saco con aspecto de Pikachu. Todos gritaron al verlo, apegándose al otro por el terror. El Pokémon hacía sonidos aterradores, como si intentara hablar y tan solo pudiera emitir chillidos.

✓ STAY WITH ME, james.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora