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Sintió que la movieron con insistencia, mucha considerando su condición

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Sintió que la movieron con insistencia, mucha considerando su condición. Poco a poco recobró la conciencia, aún con voces en su cabeza, justo como la vez pasada. Se sentó y tomó su cabeza con su mano, sin prestarle mucha atención a las voces y lo que decían. En ese momento simplemente se concentró en la «migraña» que tenía.

—El barco se volcó y hundió mientras ustedes estaban desmayados. — la multiples voces callaron de pronto, resaltando la de Meowth.

—¡Debemos salir del barco ahora! — exclamó James, completamente alarmado.

Honestamente, esperaba esa reacción de su parte.

—Creo que no será tan fácil salir mientras el barco esté bajo el agua. — le sorprendía lo poco que parecía importarle. Se levantó con algo de dificultad, dirigiéndose hacia ellos.

Durante su corta caminata notó que el barco estaba de cabeza, qué novedad. — ¿Qué dijiste?

Se dirigió a Meowth con la voz temblorosa, aunque no estuviera asustada o algo por el estilo. Eso provocó que los tres notaran su presencia. Se notaba que aún estaba algo desorientada, pero se alegraban de verla con bien.

—El barco está bajo el agua. — resumió Meowth sin más.

—¡Estamos condenados! — James se llevó las manos a la cabeza, despavorido.

—Cálmate James, ya pensé en una forma de salir de aquí. — sacó la Pokéball de Ekans y el susodicho ser salió, haciendo su característico sonido. — ¡Ekans, ácido! Abre un agujero en el suelo, lo usaremos para escapar.

De inmediato se sobresaltó.

—¡No, no lo hagas! ¡Espera! — advirtieron al unísono, alarmados.

Tarde, el Pokémon ya había liberado su veneno, haciendo un agujero en el «suelo» al instante. Un torrente se hizo presente de manera inmediata. Jessie y James se acostaron sobre este, tapando la fuga con sus cuerpos. Era claro que no iba a funcionar.

—Te dije que estamos hundidos, ¿crees que este barco necesita otro agujero? — regañó.

El agua finalmente cedió y llenó el pasillo y probablemente más allá del líquido salado. El cuarteto no pudo hacer más que dejarse llevar por la corriente e intentar contener la respiración.

Estaba segura de que tenía el rostro azul por la asfixia, pero eso no fue lo que más le hizo ruido en el momento. Estaba a punto de perder la conciencia (posiblemente para siempre) cuando, de la nada, sintió que cayó en un el suelo, pero este estaba empinado.

—¿El Team Rocket?

Escuchó la molesta voz de Ketchum, aparentemente sorprendido por su aparición. Él había creído que habían abandonado el barco desde hace mucho.

✓ STAY WITH ME, james.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora