Una historia sobre Rachel Parker (Harry Osborn)

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Al llegar aparecí en la habitación de Peter otra vez, estaba amaneciendo, me la pasé toda la noche allá y entonces con la cura en la mano corrí hasta mi cuarto para dársela a Harry.

Cuando entré mi expresión cambió por completo, Harry ya no estaba ahí, y las cuerdas estaban en el suelo.

—No puede ser—Susurré para mí misma.

Escuché una risa que venía del piso de abajo, era el duende.

Bajé lentamente las escaleras, sentía el peligro por todos lados.

—Te ves estupida con ese traje, no le llegas ni a los talones al hombre araña—Escuché, pero era extraño, la voz venía de todos lados.

—Me tuve que ir, pero tengo algo para ayudarte—Dije en voz alta para que Harry pudiera escucharme.

—¿Ayudarme?, deberías ayudarte a ti, pobre Rachel Parker, sin madre, sin padre, sin tíos, sin hermano y sin nadie—Dijo en un tono burlón.

Mi sentido arácnido estaba muy confundido, lo oía por todas partes y no podía diferenciar de donde.

—Sé que estás por ahí Harry, debes estarme escuchando, tengo algo para ayudarte, cuando lo haga vamos a casarnos.

—¿Reachy?—Escuché que dijo, quizás había reaccionado—Estoy en el cuarto de lavado.

Me moví rápido hasta allá, pero no lo veía, estaba confundida.

—¿Dónde estás Harry?—Pregunté y entonces vi la lavadora, al abrirla solo había un walkie-talkie pegado con una cinta—¿Harry?

—Estoy en todos lados—Pude escuchar esa horrible risa otra vez—Hasta en tu cabeza "Reachy".

Cerré los ojos y corrí hasta la cocina, dentro de una olla había otro walkie-talkie, debajo de la mesa había otro, luego oí uno debajo del sillón y estaba apunto de agacharme para recogerlo, pero mi sentido se activó y entonces esquivé un golpe de Harry.

—¡Harry!—Le grité.

—¡Harry está muerto!—Empezó a reír a carcajadas.

Harry tenía un cuchillo en su mano y quería apuñalarme, yo lo esquivaba aunque era bastante rápido.

—¡Déjame ayudarte Harry!—Gritaba para que parara.

Harry estaba a punto de contestarme, cuando entonces Viktor apareció de la nada y le dio un golpe en la cabeza con un bate de béisbol.

—¿Estás bien Rachel?—Dijo soltando el bate y acercándose a mí.

—Sí, estoy bien—Contesté abrazándolo.

—¿Cómo apareció tu novio?, ¿qué quería hacerte?—Me preguntó preocupado.

—No es Harry—Luego me corregí—Bueno no, o sí, algo así, pero ¿qué haces aquí?

—Quería venir a verte, pero oí los gritos y traía este bate.

—Tengo que ayudar a Harry—Dije buscando el frasco—Es difícil de explicar.

—Rachel, ¿De verdad quieres seguir con este patan?, quería apuñalarte.

—Es que es complicado—Dije ya con el frasco en mi mano lista para inyectárselo en el cuello.

Le inyecté la cura en su cuello y solo era esperar que despertara.

—Eso no es sano Rachel—Me tomó de la cara—Te aprecio mucho y quiero ayudarte.

—También te aprecio muchísimo Vik—Lo miré a los ojos—Pero luego te lo explicaré.

—Mereces a alguien que te respete, sepa apreciar cada detalle de ti, así como a las obras de arte.