Una historia sobre Rachel Parker (Harry Osborn)

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Entré a la habitación de Harry y estaba despierto, me dolía verlo con todos esos tubos y cables conectados a él, pero pude notar lo feliz que estaba al verme.

Harry tenía la libreta y el lapicero al lado de él, así que escribió.

¿Boda?

—Hoy nos casamos Harry—Dije sonriente conteniendo lo más que pide la lágrimas para que Harry no se enterara de que iba a morir.

—Señor, es un honor estar presente el día de su boda—Le dijo Felicia sonriente.

—Pues a lo que vinimos—Dije viendo al cura.

—Hoy estamos aquí para unir a dos puras almas en matrimonio, la señorita Rachellyn Star Parker y el joven Harry Theopolis Osborn—Me senté al lado de Harry y tomé su mano con mucha fuerza—Y ahora te pregunto Rachellyn Star Parker, ¿aceptas solemnemente amar y respetar, en la salud y en la enfermedad al joven Harry Theopolis Osborn hasta que la muerte los separe?

Miré por unos segundos a Harry, nuestras miradas estaban juntas y no pude contener un par de lágrimas y al mismo tiempo una sonrisa de lo feliz que estaba de poder casarme con el amor de mi vida.

—Acepto—Dije sin quitar mi gran sonrisa y la mirada de Harry.

—Y usted, joven Harry Theopolis Osborn, ¿acepta solemnemente amar y respetar, en la salud y en la enfermedad a la señorita Rachellyn Star Parker hasta que la muerte los separe?

Harry soltó mi mano un momento y empezó a escribir.

Acepto de aquí hasta en otra vida.

En cura leyó eso y entonces siguió hablando.

—Entonces los declaro a los dos, marido y mujer—Dijo cerrando su biblia y dándonos una sonrisa a los dos.

Harry no podía hablar, pero sí podía mover su boca, así que me acerqué lentamente a sus labios para darle un beso tierno pero lleno de amor.

Le lancé el ramo a Felicia a corta distancia, aun en esas circunstancias era el mejor día de mi vida.

—Te... Amo—Pude escuchar a Harru con una voz bastante agonizante y forzada.

—No hables cariño, no te esfuerces de más—Dije poniendo una mano en sus labios.

Luego Harry volvió a escribir en el papel.

Cuando volvamos a casa te haré de desayunar todos los días porque no solo eres mi esposa, eres mi reina.

No podía contener las lágrimas con eso y rompí en llanto, pero no dejaba ir la sonrisa para que Harry pensara que el llanto era por pura felicidad.

Pero entonces Harry cerró los ojos y las máquinas que tenía al lado empezaron a alocarse.

—Tengo que pedirles que salgan de la habitación un rato—Me dijo alarmada una enfermera.

—¡Doctor!—Gritó otra enfermera acercándose a Harry.

Nos sacaron de ahí y vimos a los doctores y enfermeras desesperadnos moviendo las máquinas y moviéndolo a él.

Me quedé junto a Felicia en la sala de espera, yo aun traía puesto el vestido de novia el cual llamaba muchísimo la atención.

—Todo estará bien—Me dijo Felicia tomando mi mano.

—No lo sé—Respondí.

—Le diste una razón más por la cual vivir.

Aun con lágrimas le di una sonrisa a Felicia, ella había sido un gran soporte para muchas cosas.

Después de muchas horas de espera, y yo casi quedándome dormida con el vestido de novia puesto, un doctor me despertó.

—¿Señorita Rachel Parker?—Me preguntó.

—Es Rachel Osborn—Corregí.

—Disculpe, tengo que hablar con usted—Me dijo bastante serio.

Yo solo asentí con la cabeza lista para cualquier cosa.