Una historia sobre Rachel Parker (Harry Osborn)

44

Pasó el día, y acompañé a Viktor a su casa para qué recogiera sus cosas y le avisara a su mamá que podían quedarse en mi casa.

La mamá de Viktor casi nunca estaba, ella trabajaba todo el día en un supermercado. Así que Viktor le llamó para avisarle, le dijo la dirección de mi casa y llevamos algunas cosas de su casa en un auto que le pedí prestado a la familia de Gwen.

Harry no me volvió a llamar, no me dejó ningún mensaje, y no sabía nada de él, quizás ya no esté a gusto conmigo.

Después de dejar las cosas en mi casa devolvimos el auto y fuimos a pie de vuelta a mi casa.

—¿Realmente te sientes bien?—Le pregunté por su salida reciente del hospital.

—Estoy bastante bien, mañana regreso a trabajar, y mañana también es tu primer día en la pizzería.

—La verdad, nunca he conducido una moto—Le respondí con una pequeña risa.

—Es como andar en bicicleta, pero más rápido.

—Puedo hacerlo—Le respondí.

—¿Harry te ha vuelto a llamar?—Me preguntó y me paré un segundo.

—¿Cómo sabes?

—Lo escuché en el hospital, no soy de dormir mucho—Me contestó con su sonrisa.

—No hemos hablado desde el hospital—Le contesté intentando devolver la sonrisa.

No quería pensar demasiado en eso, entonces solo seguimos caminando hacia mi casa.

Al llegar entramos y le di dos copias de llaves, una para él y otra para que sé la diera a su mamá.

—Es bastante grande—Me dijo Viktor observando la casa sentándose en el sillón.

—Ya has estado aquí—Le dije sonriéndole.

—La vez que te salvé de tu novio psicopata.

Solo lo miré mal por ese comentario y él lo notó.

—Puedes usar la habitación de Peter—Dije con la cabeza un poco baja—Voy a sacar las cosas para que te acomodes.

—¿Quieres que te ayude?—Me preguntó.

—No garcías, quiero hacerlo yo misma—Le respondí con una muy leve sonrisa.

Subí con una caja de cartón las escaleras para ir a la habitación de Peter, tomé todas sus cosas para guardarlas en el sótano, algo de ropa de Peter la guardé para mí y sentirlo junto a mí.

Después de eso le ayudé a Viktor a instalarse, realmente quería distraer mi mente en algo, pero me era demasiado difícil.

Cuando dio la noche llegó la mamá de Viktor y nos presentamos.

—Buenas noches, soy Rachel Parker—Dije extendiendo mi mano.

—Buenas noches señorita Parker—Dijo tomando mi mano extendida.

La mamá de Viktor era una mujer que inspiraba mucho poder, era bastante alta, un cabello rubio intenso y unos ojos verdes muy brillantes, además de un acento bastante peculiar porque a lo que sé, es rusa al igual que Viktor.

—Ya arreglé un cuarto para usted—Le dije acompañándola al cuarto que antes era de May.

—Tanto Viktor como yo agradecemos demasiado tú amabilidad—Me dijo con una leve sonrisa—No sabemos cómo pagártelo.

—No tienen porqué, todo es de corazón—Le respondí.

En ese momento oí que tocaron la puerta, le dije a la mamá de Viktor que tenía que abrir y entonces me dirigí a la puerta.

Al abrir me encontré a Harry con un gran ramo de flores.

—Reachy, quiero hablar contigo, de verdad—Me dijo con sus típicos ojos de perrito triste.

—Harry, no creo que sea el momento—Le contesté en voz baja.

—Tenemos que arreglar las cosas, no podemos seguir así Reach.

—¿Quién es Rachel?—Se escuchó el grito de Viktor.

Entonces Harry quitó su sonrisa y me miró serio.

—¡Es personal!—Le grité a Viktor que estaba viendo el televisor sentado en mi sillón.

—¿Qué hace el idiota ese en tu casa?—Me preguntó en un tono un poco enojado.

—Es algo largo de explicar—Bajé un poco la cabeza y me rasqué la nuca—¿Pero que tiene de malo?

—¿Qué tiene de malo?—Me respondió cada vez más enojado—Él quiere algo contigo, yo lo noto, y cualquiera lo notaría Rachel, ahora lo tienes en tú casa y a mí ni siquiera me invitabas a tu casa.

—Harry, es que estás encerrado en tu burbuja, ni siquiera sabes porqué Viktor está en mi casa, al igual que su mamá.

—Rachel, dejemos todo eso de lado, en serio quiero hablar contigo.

Salí de casa para poder hablar con Harry más a solas.

—¿Dudas sobre mí?—Me preguntó de inmediato.

—¿Dudar?—Pregunté.

—Si dudas entonces no hay dudas—Me respondió rápido, aunque no entendí esa respuesta.

—Harry, no entiendo a lo que te refieres—Le dije seria.

Harry dejó el ramo de flores en el piso, se acercó para tenerme a centímetros de él y hablarme más de cerca.

—Quiero estar contigo Reachy, pero quiero que tú también lo estés.

—Yo igual quiero estar contigo Harry.

—Es que no parece, últimamente parece que no nos entendemos, ya no lo sé—Me dijo en un tono triste.

—No sé si sea lo correcto—Le respondí.

—No sé a qué te refieres Reachy—Dijo acercándose más.

—Mi tía May me dijo que siempre hiciera lo correcto y aprendiera a perdonar—Le dije en voz baja—Te perdono todo, te ayudé a curarte, y ahora debo hacer lo correcto, lo correcto es no estar juntos.

—¿Y por qué eso sería lo correcto Rachel?—Me miró muy confundido.

—Solo ya no encajamos, siento que ya no podemos hablar bien porque no nos sentimos bien el uno con el otro.

—Yo me siento bien contigo—Me dijo en un tono bastante alto—Puedo soportar que tengas a Viktor todo el día en tu casa, aunque no me guste, ¿o tú ya no te sientes bien conmigo?

—No es eso Harry—Sentía que mis ojos se cristalizaban.

—No te entiendo Rachel, contigo todo es complicado, a veces piensas que sí, y luego que no, ¡Decídete!—Me gritó.

—¡Estoy embarazada!—Le grité.