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¿Qué hará una araña en medio de la sala?

¿Por qué nadie le teme a la araña?

Si nadie le tiene miedo a la araña, ¿por qué yo debería?

Empecé a caminar por la sala de estar, estaba llena de gente, no era muy grande pero sí había una cantidad considerable. Solo podía ver como esa araña me seguía, por mas vueltas que daba, la habitación parecía hacerse más pequeña cada vez, o quizás la araña se hacía más grande.

Alguien hablaba, no tenía claro quién.

Hasta que paré de caminar, y la araña me habló.

—Aquí te quedas—Y entonces sentí como la araña me sostenía los brazos y me abría las pierdas, se sentía tan real, intenté gritar pero me era imposible, ¿era esto un sueño?, ¿esto también lo provocaban esos dulces?

Sentí dolor, bastante realmente, hasta que esa araña me soltó, corrí por toda la habitación, pero era una sensación extraña, corría pero era como sino lo hiciera y no sintiera las piernas, podía verme correr, pero no moverme, todo estaba estático, todos lo estaban.

No sabía que hacer, estaba algo desesperada hasta que en un momento algo cambió.

Vi a mi tío Ben entrar a la habitación, no lo podía creer, él tampoco hablaba pero le di un gran abrazo y él me siguió el abrazo, se sentía tan bien, pero tan extraño, lo veía a él, pero no se sentía como él.

Y a decir verdad, todo lo que conté no lo veía así como tal, todo parecía un flashback, pero estaba segura que lo veía en ese momento, creo. Tenía dolor de cabeza y de... Cuerpo en general, debía ser una reacción.

Pasó un buen rato y quería soltar a mi supuesto tío Ben, pero estaba muy aferrado a mí, hasta que logré soltarme y era, ¿Harry?, ¿Qué hacia Harry aquí?, ¿Por qué Harry tenía una nariz de payaso y estaba tan sonriente?, solo pude reírme y reírme, quería parar de reír, pero gran parte de mí no podía parar.

—¿Harry?—Dije con una gran sonrisa—Harry, vamos al circo, para que sigas trabajando—No podía parar de reír.

Pero entonces Harry me contestó, mientras todos en la sala seguían estáticos, Harry fue el primero en un buen rato en exhalar una palabra.

—Harry está muerto—Dijo y dejó de sonreír.

Eso empezaba a tornarse terrorífico, en un solo parpadeo toda la sala se tornó negra y Harry desapareció.

Entonces dejé de ver, no podía verme a mí misma, no sabía si estaba ciega, o si estaba muy oscuro, hasta que empecé a ver muchísimos colores y muchas cosas, tantas que no podría ni describir una por una, por cada segundo juraba ver mínimo trescientas cosas, ¿cómo las contaba?, no lo sé.

Entonces me sentí tan bien.

—¿Esto es la muerte?—Me pregunté—Se siente tan bien.

Y entonces, desperté, o eso creo.

Una historia sobre Rachel Parker (Harry Osborn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora