Invitación

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Geralt x Jaskier x Yennefer
(Universo alterno)

—Buenos días, señorita Pankratz

—Buenos días para usted también, señor Pankratz

—¿En serio van a saludarse siempre así?— cuestionó Julian dejando su taza de café en la mesa —. Digo, llevamos dos años casados y que se saluden así es algo molesto

—Por favor, amor— Yennefer colocó sus manos sobre los hombros del castaño —. Permítenos disfrutarlo

Él simplemente suspiró bebiendo otro sorbo de su café y miró a la bella mujer sentarse frente a él. Tanto Yennefer como Geralt estaban vestidos y listos para irse a sus respectivos trabajos

—Señor Pankratz, llegó esto para usted— informó Geralt en tono de burla mientra le daba un beso en el cabello a Julian y le entregaba un sobre.

—¿Qué es esto?— cuestionó mirando el sobre.

—Una carta de despido, tal vez— sonrió Yennefer sabiendo que aquello sería imposible por el simple hecho que Julian era su propio jefe y no podría despedirse a si mismo.

Julian examinó el sobre encontrándolo elegante y de buen aspecto, leyó el nombre a quien iba dirigido y, efectivamente, era para él. La caligrafía de su nombre le había dado una idea de quién podría haber enviado aquella carta.
Abrió el sobre con mucho cuidado y leyó su contenido bajo la atenta mirada de Geralt y Yennefer.
Era una invitación de parte de sus padres para que fuese a la fiesta de cumpleaños de su abuela. De pronto sintió como sus manos comenzaban a temblar ante el nerviosismo causado por la carta.

—¿Que sucede? ¿Es algo malo?— preguntó Geralt muy afligido.

—Mis padres...

—¿Murieron?— supuso Yennefer y el rubio le dio una mirada severa —. ¿Qué? Puede ser una posibilidad

—No, ellos nos han invitado al cumpleaños de mi abuela— aclaró el castaño y se levantó de la mesa dejando el café a un lado.

—Oh, eso es algo bueno

—Yennefer, querida, ¿cómo puede ser algo bueno esto?

—Eres un insensible, Geralt— achicó los ojos la pelinegra —. Es obvio que los señores Pankratz, nuestros suegros, desean hacer las pases con su hijo

—¿Cómo estás tan segura de eso?

—Intuición— sonrió ella.

Ambos se volvieron hacia Julian, quien había desaparecido de la cocina en silencio. Se alarmaron al no verlo y lo fueron a buscar por toda la casa, aunque no fue necesario ya que conocían el escondite del joven.

Sentado en una esquina de su estudio se encontraba Julian con un cigarrillo en la boca. Lo aspiraba a gran velocidad en busca de controlar su nerviosismo.

—Dijiste que lo dejarías— habló Geralt.

—Si, en la vida he dicho muchas cosas— contestó.

—Amor...

—Estoy bien, ¿si?. Solo necesito pensar

Lanza una moneda  [One-Shot's]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora