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Su mirada llevaba perdida en el horizonte desde hace rato, enfrascado en sus propios pensamientos que pocas veces podía ignorar

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Su mirada llevaba perdida en el horizonte desde hace rato, enfrascado en sus propios pensamientos que pocas veces podía ignorar. Los acontecimientos sucedidos hasta la fecha era algo con lo que debía cargar día a día y su mente jamás daba tregua, ni siquiera cuando dormía tenía la capacidad de huir de ellos.

—La chica patata aún sigue corriendo. —Connie fue quien logró devolver a la realidad al rubio. Suelta un suspiro, desviando la mirada a la pobre castaña que seguía corriendo aunque muy lentamente.

—Ya lleva como cinco horas. ¿No? —musita, recargando el mentón en la palma de su mano.

—Yo la tenía al lado y la verdad es que pareció importarle más que le dijera que no cenaría que correr hasta morir. —Bruno voltea a su lado al oír aquel tono de voz, encontrándose con su hermano mayor, Elias.

—Dauper es un pequeño pueblo de cazadores de las montañas, ¿no?

Bruno no conocía realmente los alrededores de Trost, dónde había vivido junto a su hermano los últimos años, ni el resto de las murallas por lo que simplemente se mantuvo en silencio.

Prontamente, su atención se enfocó en la carreta que transportaba algunos reclutas, quienes se divisaban con sus rostros cubiertos y miradas en el suelo.

—¿Esos son los desertores?

—Pidieron transferirse a la frontera el primer día.

—¿Es eso posible? —pregunta Armin, expresando su preocupación en todo su rostro.

—Es inevitable. —responde Eren.— Los débiles deben marcharse.

—Por cierto, a ti no te preguntó de dónde eres. —la curiosidad fue más fuerte que Marco, decidiendo preguntar.— Tampoco a ustedes dos.

—De Shiganshina, como él. —Eren posa una mano sobre el hombro de Armin, con una sonrisa.—

—¿De verdad? ¡Qué casualidad! Bruno y yo estuvimos en Shiganshina los últimos días antes de que cayera el muro. —Elias se acerca al castaño, atrayendo a su hermano menor rodeando sus hombros.— Pero vivimos en Trost con nuestros abuelos.

—Entonces... ¿estuvieron allí ese día?

—¡Oye!

—¿Vieron al titán colosal?

Bruno recordó aquel titan que superaba en altura la muralla Maria, como había destrozado la puerta del distrito y sembrado el caos en aquel día tan soleado.

—Eh... si.

—Era horrible. —el cuerpo del mayor de los hermanos se estremece ante el recuerdo

—Venga, no creo que quieran hablar de lo que sucedió ese día. ¿Cuáles son sus nombres? —interviene Bruno al ver que Connie se acercaba con una mirada curiosa, seguramente queriendo saber más sobre aquel famoso titan.

❛SACRIFICE❜ ⸺ 𝗔𝗧𝗧𝗔𝗖𝗞 𝗢𝗡 𝗧𝗜𝗧𝗔𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora