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Tanto Bruno, Reiner como Armin y Jean cabalgaban juntos detrás de ese titán. Los cuatro con sus capuchas puestas para evitar ser aplastados ante la posibilidad de que el cambiante fuera en busca de Eren; hasta que no pueda identificarlos, no se arriesgaría a matarlos.
Era un plan suicida, pero eran conscientes que no llegarían a informar a los demás antes de que el titán arrasara con todo a su paso. No había otra opción, debían enfrentarlo para retrasar la llegada a su objetivo final y que al menos puedan prepararse. Seguramente han visto la bengala amarilla y negra que lanzaron los últimos minutos.
Armin se sostuvo con fuerza de los hombros de Bruno, aquella yegua era muy rápida y se sacudía salvajemente para ir al frente de los dos que iban a su lado.
—Va más lento que antes, ¿estará cansada? —musita Armin, en un tono de voz que solo su acompañante pudo escucharlo.
—Si vuelve a esprintar, será tarde. Tenemos que hacerlo ahora. —responde.— Es consciente de que su punto débil es la nuca, así que lo más sensato es cortar su talón de aquiles, tendrá que regenerarse para seguir y eso le tomará un tiempo.
Echa una última mirada hacia atrás, encontrándose con Armin quien asiente en su dirección. Igual que Reiner y Jean.
Alza el brazo e inmediatamente, da un salto parándose sobre la montura, activa su equipo de maniobras y dispara el arpón hacia un árbol para engancharlo, impulsarse y buscar un punto ciego en la pierna para asegurarse.
Jean le sigue, mientras Reiner y Armin se mantienen aún en los caballos. Pero el titán parece deducir sus movimientos, corre su pierna hacia un lado logrando que Bruno falle el tiro y deba aterrizar bruscamente en el suelo.
Mira hacia todos lados buscando algún sitio donde engancharse pero no tiene nada cerca, es un campo abierto sin árboles ni casas campestres. La mano del titán se desvía de su posición y golpea a Marion quien llevaba velozmente a Armin.
El rubio vuela por los aires hasta caer de bruces al suelo, Jean intenta atacar nuevamente al titán mientras él intenta auxiliar a Armin.
—¡Jean! ¡Distráela! —exclama, corriendo con todas sus fuerzas hacia su amigo bajo la atenta mirada del titán.
El castaño ceniza se engancha en su espalda e intenta herirlo, pero de nuevo se defiende lanzando un puñetazo al aire que logró esquivar por poco.
Llega donde Armin y se preocupa al ver su rostro lleno de sangre. Seguramente un golpe en su cabeza puesto que la misma brotaba de su frente.
Aunque Jean no se encontraba en una mejor posición, su equipo de maniobras se encontraba enganchado al titán que estaba a punto de golpearlo con su puño, no tenía forma de esquivarlo y la expresión de su rostro era de puro terror.
—¡Jean, venga al bastardo suicida! —el grito de Armin a su lado provoca que el titán se detuviera en seco.— ¡Ese es el titán que lo mató! Su ansia de morir hizo que lo matara en el flanco derecho. ¡Véngalo!
