⸻ 14

271 38 1
                                    

—¡Es muy rápida! ¡Nos dejará atrás!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Es muy rápida! ¡Nos dejará atrás!

—¿Por qué lo hizo? —la pelinegra iba tan de prisa como el resto, su rostro denotaba enfado puro.

—Ya sabía que no podíamos contar con que estuviera de nuestro lado. —menciona Jean ésta vez.

—Sí, actúa como un enemigo más.

—¡Entonces la trataremos como tal! —exclama el rubio, acelerando su paso.— ¡Le cortaremos las extremidades de su forma humana hasta que hable!

—¡Bruno, espera! —su hermano se apresura en ir tras él, y el resto de sus amigos los siguen.

Pero deben detenerse de un momento a otro al verse cegados por una luz dorada brillante que explota a pocos metros. El estruendo que anteriormente habían escuchado se repite, y tras el mismo, la figura del titán acorazado no tarda en aparecer. El titán de Ymir se sujeta a su espalda en cuanto se alejan del bosque.

Incluso a esa distancia se podía ver una silueta que emitía vapor, con sus extremidades amputadas, atada a la espalda de Bertholdt sobre el hombro del acorazado.

—Se llevarán a Eren...

Por un momento, la angustia y la desesperación tomaron control de sus emociones. Ellos estaban sin sus caballos y con el equipo de maniobras, pero justo en dónde la fila de árboles se acababa, dando paso a una enorme pradera. No había forma física de usar los equipos de esa manera.

—¡No sé detengan! —Hannes llega a su lado.— ¡Los seguiremos a caballo!

Bajan la mirada inmediatamente, el mismo guía que había cuidado de sus caballos al entrar al bosque, se acercaba con rapidez por el camino principal del bosque. En cuanto abandonaron el mismo, se montaron todos a sus respectivos transportes y comenzaron a cabalgar una vez más.

Elias limpia algunas gotas de sudor que corrieron por su frente. Estaba nervioso, enfurecido y sentía un sentimiento amargo de traición que le hacía imposible tragar con normalidad. Incluso su respiración era errática.

No podía dejar de pensar ni un solo segundo que aquellos chicos, con los que había compartido tanto, aquellos con los que mejor se llevaba por la escasa diferencia de edades, a quienes les confió sus más oscuros y dolorosos secretos, habían sido los responsables de todas sus desgracias.

Era imposible para él pensar en otra cosa que no fuera una forma de tortura lenta y dolorosa para esos dos en cuanto pudiera ponerles una mano encima.

—¡Los recuperaremos cueste lo que cueste! —las palabras del comandante de las tropas estacionarias eran suficientes para mantener el coraje y optimismo en el flanco de los novatos.— ¡Aunque tenga que pagarlo con mi vida!

La distancia que aún los separaba del acorazado eran unos pocos metros, podían mantener la cercania por bastante tiempo e incluso avanzar un poco más cerca. Pero aún no encontraban prudente atacar al cambiante. No era el sitio más óptimo.

❛SACRIFICE❜ ⸺ 𝗔𝗧𝗧𝗔𝗖𝗞 𝗢𝗡 𝗧𝗜𝗧𝗔𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora