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El sol comenzó a asomar los primeros rayos de luz en cuanto la hora de la amanecer llegó

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El sol comenzó a asomar los primeros rayos de luz en cuanto la hora de la amanecer llegó. Alza la mirada, aún con su capucha puesta por cuestiones de seguridad, y lo observa con calma, admirando los colores pasteles que adornan el cielo, como un lienzo pintado.

Era algo de lo que podría disfrutar con una taza de té caliente si no se encontrara sobre el muro María. Una de las puertas, la exterior, se encontraba sellada.

Todos estaban un poco alterados y, no era para menos puesto que Armin descubrió que no hace más de pocas horas Reiner y Bertholdt estuvieron en ese mismo lugar. Deduciendo así que se encontraban escondidos y a la espera del mejor momento para atacar.

—Krieger. —el rubio se gira para enfrentarse al capitán Levi.— Erwin necesita de tu presencia. Ve ahora, yo me encargo de este lado.

—Si, capitán. —sin contradecir sus órdenes, se encamina entre los soldados durante varios minutos hasta divisar al comandante.

Erwin se mantenía serio y calmado, mirando al frente con su capucha puesta y las cuchillas extendidas a los lados. Al notar su presencia, le observa de reojo.

—Señor, el capitán me informó que solicitaba mi presencia. —es el primero en hablar, realizando el saludo correspondiente ante su superior.

—Solo me gustaría decirte unas palabras antes de que la misión real comience. —menciona. Se toma un momento para responder a su curiosidad.— Estoy al tanto de la fuerza que posee, soldado.

Bruno alza una ceja, confundido.

—Uhm... claro...

—Úsela. —responde sin más, pero ésta vez se gira completamente para mirarlo y, para sorpresa del menor, lo sujeta del hombro. Aunque se incómoda e inquieta al sentir una mirada pesada sobre él, mientras que el agarre en su hombro se nota cada vez más fuerte.— Use esa fuerza para nuestro beneficio, hágalo cuando lo crea conveniente. Consagre su corazón para la protección de la humanidad. Hoy es el día en el que podrá mostrar su valía dentro de estos muros.

Bruno se mantiene estático, no lograba entender la literalidad de sus palabras, pero a la vez entendía todo. Entendía a lo que se refería y no sabía si sentir alivio, o extremo terror.

—Hoy es tu única oportunidad para convencernos de que no eres el enemigo, Bruno. —suelta sin más, sin rodeos ni anestesia. Y el rubio siente que sus piernas pierden la fuerza.— Contamos contigo.

—¿Alguien...?

—Tu secreto está a salvo, por el momento. —y aunque sus palabras podrían sonar esperanzadoras, la amenaza de su mirada era imposible de ignorar. Le advertía de una forma silenciosa y calmada que si daba un paso en falso, le costaría la cabeza.— Puedes volver a tu puesto, la misión comenzará en breve.

—Si... señor.

La sangre había abandonado el rostro de Bruno, aturdido comenzó a caminar de vuelta donde había estado vigilando los alrededores. Pero no le era posible concentrarse ahora en la misión, porque su mente estaba llena de preguntas.

❛SACRIFICE❜ ⸺ 𝗔𝗧𝗧𝗔𝗖𝗞 𝗢𝗡 𝗧𝗜𝗧𝗔𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora