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Ambos mantenían el silencio, si bien el galope de sus caballos era llamativo, intentaban pasar desapercibidos en caso de que tuvieran que escapar rápidamente. De alguna titán para salvar sus vidas.
El cielo se había cubierto de nubes, que amenazaban con desatar una lluvia que en la situación en la que se encontraban, sería fatal.
La lluvia dificulta la visión, algo demasiado peligroso para cuando te encontrabas cerca de titanes y aún más estando desarmado. Saltan por un puente que se encontraba elevado y se acercan al pueblo, aunque parecía ser una aldea que había crecido mucho. Para su suerte y sorpresa, todo se encontraba en buenas condiciones.
No habían tejados rotos, casas comprometidas, manchas de sangre o cuerpos desmembrados por las calles de tierra. Solo así se sintieron seguros de bajar de sus caballos y adentrarse a la aldea en busca de sobrevivientes.
Se sumieron en un tenso silencio, caminando con cuidado e intentando no hacer ruido, era un ambiente tétrico y escalofriante el que rodeaba el pueblo, por ello se negó a separarse de la castaña para revisar las casas más rápido. Aunque al tan solo avanzar unos pocos pasos manos, se detuvieron abruptamente.
Sus ojos divisaron un cuerpo que no lograba alcanzar una altura muy preocupante, pero se distinguía claramente que no se trataba de un humano normal. Asomaron sus cabezas por el marco de la puerta y ahogaron un grito de espanto al ver como un titán comía con lentitud la pierna de una mujer avanzada en edad.
No emitía gruñidos ni realizaba movimientos bruscos, estaba tranquilo, arrodillado con la mujer en sus brazos mientras arrancaba pedazo por pedazo de su piel y músculos.
Bruno hubiera vomitado allí mismo su desayuno, pero se contuvo. Sasha tomó un hacha que encontró frente a la casa y se acercó con lentitud, Bruno había tomado un palo aunque no le serviría de absolutamente nada.
—¡Hay una niña ahí! —exclama entre susurros, tomando la mano de su amiga para que se detuviera.— Espera, hay que pensar bien como la sacaremos de ahí.
—Sencillo, yo le doy en la nuca a ese y tú tomas a la niña, luego salimos corriendo de aquí y vamos a la muralla para informar.
El chico parpadea aturdido, pocas veces se podía ver a la castaña sumida en una seriedad abrumante, aunque era posible ver ese deje de terror en el brillo de sus ojos.
Ambos asienten, dirigiéndose una última mirada antes de que la chica saltara detrás del titán clavando el hacha en su nuca. Pero poco filo tenía provocando que el corte no fuera lo suficientemente profundo para matarlo. Golpeó la nuca con el arma varias veces, pero no parecía funcionar.
Krieger se acerca, apareciendo por detrás de su amiga para tomar a la niña en brazos y sacarla de esa casa. Se detiene bruscamente cuando el hacha vuela sobre sus cabezas y se clava frente al marco de la puerta, justo cuando ellos se encontraban pasando.
