"Plan fallido (5)".

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Una respiración pesada era lo único que se escuchaba en la habitación, un rostro sonrojado y con una leve capa de sudor cubriendo su piel se lograba divisar en la gran cama.

-qué les ordené?.

La voz gélida y ronca, sin ningún rastro de debilidad o amabilidad, del hombre rubio ante ellos logró que un escalofrío corriera desde la punta de sus pies hasta sus cuellos.

El hombre movió el borde de sus labios con irritación y sus ojos brillaron haciendo temblar a los presentes menos a uno de ellos que estaba al lado de la cama.

-m-majestad, l-la princesa ayer estaba bien l-luego -la voz temblorosa de una de las sirvientas capturó la atención del dragón imperial.

Sus ojos desprendieron un exótico pero oscuro brillo cerúleo, gemas las cuales poco a poco estaban siendo dominadas por un fuego infernal.

La tos de la infante lo alertó haciendo que las libere de su mirada para mirar con atención a la peli marrón imperial, que estaba abriendo levemente sus ojos.

-salgan de aquí -las damas hicieron rápidamente una reverencia y salieron casi a la velocidad de la luz.

Solo el emperador y el mago ancestral quedaron en la habitación de la segunda estrella.

-Jamileth -el oji cerúleo se acercó a ella y posó su mano en su frente notando lo caliente que estaba su piel.

La menor entre cero sus ojos tratando de divisar al rubio, pero al no poder hacerlo frunció el ceño y cerró sus ojos.

-por qué le ocurrió esto? -el rubio alejó su mano de la frente de la menor y miro al mago.

Quien había estado con la princesa casi toda la noche y madrugada, hasta que la princesa tuvo un aumento de temperatura y al no poder curarla, decidió avisarle al emperador quien aún estaba trabajando sin darse cuenta de la hora o el brusco cambio de clima que azotó la ciudad imperial.

Ahora tan solo una leve llovizna cubría la ciudad además del frío invernal. Todos pensaban que el invierno se había adelantado pero el emperador, el duque Loebein y el mago ancestral sabían que era a causa del estado de la segunda princesa.

Lucas, que estaba sentado en un sillón al lado de la cama, miro al emperador y se cruzó de brazos.

-lo que temía se cumplió majestad, la princesa está reaccionando ante ese suceso.

El rubio, quien era menor al mago, frunció el ceño confuso. La peli marrón en ningún momento pidió volver a visitar la finca Alfierce, sí los mencionaba pero ellos se encargaban de distraerla y el asunto quedaba en el olvido.

-se volvió a transportar? -el silencio del mayor solo hizo que se irrite más.

-la princesa quería ver a su hermana y..decidí llevarla a la finca, en algún momento esto debía de ocurrir y es mejor en este momento, los niños no son como los adultos.

El mayor miro al rubio quien gruño irritado dejando fluir su poder ante el enojo.

-acaso eres estúpido?, se supone que debíamos evitar cualquier situación que perturbe sus emociones y es lo primero que haces -su tono se elevó un poco mientras asesinaba con la mirada al peli azabache, quien lo seguía mirando neutro.

-como dije, son niños, tal vez la princesa se deprima pero volverán a arreglarse, la ex quimera por más que envidie su situación la sigue amando. Ambas tienen un lazo que por el momento es irrompible, aunque tal vez a futuro ambas se alejen por sus deseos personales.

Se encogió de hombros con desinterés, aunque era todo lo contrario, haciendo que el emperador esté a punto de hacer que su espada aprezca.
Pero la infante volvió a abrir sus ojos igual que su flequillo se movió haciéndoles saber que el espíritu que cuidaba de ella estaba tocando su frente.

//𝙴𝚂𝙿𝙰𝙳𝙰 𝙼𝙰𝙻𝙳𝙸𝚃𝙰.//² ⁽ᴾᵃᵘˢᵃᵈᵃ⁾.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora